En Kenia, en ese triángulo de oro llamado el Masai Mara, lo habitual es que hiciésemos un par de safaris al día, regresando al lodge cuando el calor apretaba, en las horas centrales de la jornada. No obstante, en un par de ocasiones, hicimos salidas más largas que nos permitían alejarnos más y descubrir nuevos paisajes.
Tuve mucha suerte, y en la primera de ellas solo me acompañaba un alemán tan enamorado o más que yo por la fotografía, así que no había problema en detenernos cada dos por tres. Sentados cada uno en un lateral del 4x4, dominábamos ambos flancos y pocos animales escapaban a nuestro escrutinio.
En una de esas paradas pudimos bajar y acercarnos al río para ver algunos hipopótamos que descansaban en el agua. Su piel es muy sensible y deben protegerla de los rayos del sol. Es por ello que suelen alimentarse de noche.
Un poco más allá, un martín pescador escaneaba las aguas del río, posado sobre una rama.
Nosotros seguimos camino en dirección a la frontera con Tanzania, una línea que solo existe en los mapas y que los animales ignoran por completo. Tampoco hay ningún accidente orográfico que separe un país de otro; únicamente una placa nos informa de que el Serengueti está al otro lado.
El calor apretaba, y con la migración en marcha, la mayoría de los animales estaban ya en Kenia, al otro lado del río Mara. Las cámaras, con sus teleobjetivos descansaban sobre nuestros muslos mientras el 4x4 sorteaba los baches. Entonces, cuando menos lo esperábamos, vimos una leona sentada al borde mismo de la pista.
Estaba de mi lado, apenas a cinco metros, cuando nuestro chófer detuvo el vehículo a su altura. En ese momento, comenzó a andar en mi dirección y conseguí sacarle un par de fotos mientras sentía que me hacía más y más pequeño. Estaba tan cerca que no me cabía en el encuadre, y por otro lado no quería moverme demasiado para no llamar su atención.
Si estaba molesta porque nos habíamos puesto en su camino, no lo demostró. Rodeó el 4x4 por atrás y se detuvo mientras oteaba el horizonte. Su piel mostraba alguna que otra herida, y parecía no haber comido en algún tiempo. El caso es que iba en dirección contraria a la gran migración.
Estuvo un rato junto a nosotros y caminando con lentitud se fue alejando hasta desaparecer.
No es la primera vez que tengo leones cerca, pero hasta entonces estaban más o menos adormilados, mientras que en esta ocasión el animal caminaba directamente hacia mí. Fue una experiencia única.
¡Hermano¡ ¡Eso es como para morirse de miedo¡ Admiro tu sangre fría.
ResponderEliminarJajaja... Un relato con suspenso. Qué maravilla los animales, la Naturaleza nos muestra su poderío y también su debilidad, no creí que los hipopótamos tuvieran la piel tan delicada al sol. Son mis favoritos con esos extraños y poderosos dientes y mandíbula. Muy buenas fotos. Gracias por el paseo. Abrazo
ResponderEliminar·.
Impresionante debe ser tenerla tan cerca...
Que maravilla el Masai mara. Entramos en el reino de las películas donde toda la fauna africana es posible, o nos lo parece.
Estupenda fotos Javier.
Un abrazo
Hugs
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LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Esta vez no te envidio el viaje Tawaki yo pasaría mucho miedo. Las fotos son espectaculares.
ResponderEliminarSaluditos.
Las fotos de la leona son como para concurso...
ResponderEliminarMenos mal que pese al hambre no te confundió con un antílope.
ResponderEliminarEspectaculares fotos.
Pues sí, a la leona se le marca el costillar, aunque, en general, son hembras de cuerpo armonioso. Igual estaba siguiendo el rastro de los herbívoros que plasmaste en las fotografías que muestras al principio... Me figuro que, por mucha hambre que tuviera, un bocado de humano no entraría en sus planes.
ResponderEliminarQue pasada de fotos Javier. Nos has llevado de safari y sin pasar los nervios de verla tan cerca. Gracias por gustarte la fotografía y compartir tu afición. Ver así a los aminales en su hábitat natural es una maravilla.
ResponderEliminarBuen martes. Cuídate.
Un abrazo.
Sí, esa cercanía y dirigiéndose directamente hacia ti, debe impactar. No me extraña que se te quedara grabada la sensación tan intensa.
ResponderEliminarUn lujo haber sido uno de los dos únicos turistas que viajaban en el 4x4.
Unas fotos llenas de vida y naturaleza.
Alí Reyes, no tiene tanto mérito, ya que estoy en un 4x4 y los animales no suelen atacar a las personas.
ResponderEliminarRosa María, cuanto más se investiga más se divierte uno, y con los animales no se termina de aprender. Los hipopótamos, ahí donde los ves, son de los animales más peligrosos de África.
Alfonso, me gustaría ir a los lugares que se relacionan con la película Memorias de África y con Karen Blixen, porque Kenia da mucho de sí y porque el Masai Mara es una joya.
Conchi, no viajamos para pasar miedo, así que los safaris no son lo tuyo. Y sin embargo, son totalmente seguros.
Senior Citizen, gracias, la verdad es que la tenía tan cerca que era imposible "fallar el tiro"
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Un jubilado, yo me parezco más a un búfalo que a un antílope, ja,ja. La verdad es que si uno no hace tonterías no tiene por qué pasar nada malo. Como todo en la vida, es cuestión de tener sentido común.
ResponderEliminarUna mirada, ellos ven el 4x4 como un todo y n piensa en que se pueden comer a los ocupantes. Por otro lado, los animales son muy cuidadosos en sus ataques puesto que una herida puede significar su muerte. Eso nos da ventaja siempre y cuando seamos prudentes. Te aseguro que si bajas de vehículo y echas a correr eres hombre muerto.
Laura M., me encantan los animales, y poder verlos tan de cerca es una privilegio lleno de emociones. Me alegro de que te haya gustado el safari.
Contadora de Libros, tuve mucha suerte en ese viaje y casi siempre tenía el 4x4 para mí solo, algo que valoro mucho, porque así puedo ir por donde quiero y parar las veces que haga falta sin molestar a los demás. Fue una experiencia única el tenerla tan cerca.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Alucinante, de verdad que tiene que ser algo imborrable.
ResponderEliminarGracias por compartir esa experiencia maravillosa.
Saludos.
Menuda expriencia!! Estupendas fotografias.
ResponderEliminarSaludos
Toro Salvaje, si ya es de por sí, un viaje excepcional, para un amante de los animales como yo, es el paraíso. La pandemia se llevó por delante una segunda visita a Kenia, pero confío en regresar en cuanto pueda.
ResponderEliminarEthan, gracias, me gusta hacer fotos y ver animales, así que este tipo de viajes está entre mis favoritos.
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
Belleza de fotografías, de animales, de paisaje.
ResponderEliminarQue dicha la tuya tenerles tan cerca. La panorámica es espectacular.
Muchas heridas de guerra esa bella leona.
Abrazo
Hola Tawaki: Sigues con tanto trabajo? Espero estés bien, aquí perezosa pasando el invierno que no vino tan crudo. Será hasta tu regreso. Abrazo cariñoso
ResponderEliminarNella, siempre he dicho que soy un privilegiado, no tanto por poder acercarme a esos lugares remotos, sino por disfrutarlos siempre como si fuera la primera vez.
ResponderEliminarRosa María, esto va para largo. Es un proyecto complejo que me resta energías, pero que confío me ayude profesionalmente. Os echo de menos.
Muchas gracias a las dos por vuestros comentarios.