jueves, 28 de noviembre de 2019

Francia - Lyon IV- Teatros romanos

Las vistas de la ciudad desde la colina de Fourvière son espectaculares, pero es que además encontramos allí un conjunto de restos romanos que datan del nacimiento de la ciudad, llamada entonces Lugdunum y fundada en el 43 a.C. Se puede subir caminando por una red de senderos, pero recomiendo usar el funicular para salvar los más de doscientos metros de empinado desnivel. Quizás sea mejor llegar primero hasta la basílica y bajar luego andando.


Hay un teatro, un odeón y algunas ruinas de un templo dedicado a la diosa Cibeles. Algo más arriba quedan los restos de un acueducto, todos ellos Patrimonio de la Humanidad, según declaración de la UNESCO.



El teatro fue construido en el 15 a.C y podía albergar unos 10.000 espectadores después de que fuera ampliado en tiempos de Adriano. Lo que vemos hoy es fruto de una restauración llevada a cabo en el siglo XX, ya que la falta de uso motivó que sirviera de cantera durante siglos, con el consecuente deterioro. Hoy día se representan en él espectáculos de danza, ópera, etc.




El odeón, espacio dedicado al canto, aunque también al teatro, data del 100 d.C y tenía una capacidad para unas 3.000 personas.




El lunes de Pentecostés lo había reservado para el cercano Museo Galo Romano, pero me lo encontré cerrado. De hecho, no había nada abierto en toda la ciudad, cosa que me fastidió bastante, la verdad.




Se ve que no piensan demasiado en el turista, porque una cosa es descansar, algo a lo que todos tenemos derecho, y otra cerrar absolutamente todo justo cuando mejor podría visitarse. A veces, los sitios que tienen tanto que ofrecer, descuidan al que viene de fuera, sabedores de que otro ocupará nuestro lugar.




Para hacer tiempo mientras iba al aeropuerto me di otra vuelta por la colina, en esta ocasión con algo más de sol que la primera vez.




Me sorprendió lo vacío que estaba todo, pues apenas me crucé con gente.