Hallstatt es una localidad del distrito montañoso de Salzkammergut, localizada junto al lago del mismo nombre y calificada como el pueblo más bonito de Austria. No nos pillaba de camino, pero al amigo que me acompañaba le encanta conducir y el verano de la Covid era el momento oportuno para verlo con pocos turistas.
Es una pena que el día no acompañara. No vimos el sol, terminaría lloviendo y las aguas del lago presentaban un negro inquietante.
El pueblo es peatonal, por lo que hay que aparcar el coche antes de entrar y recorrerlo a pie. Los edificios están muy cuidados, con muchas flores y las calles lucen impolutas.
Etimológicamente el nombre de Hall probablemente proviene del término céltico con el que se denominaba a la sal, abundante en las minas cercanas. La localidad da su nombre a la cultura de la edad de Hierro denominada Cultura de Hallstatt. En 1997, el paisaje cultural de Hallstatt-Dachstein fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y algunos de los hallazgos más antiguos de Hallstatt datan del 5000 A.C.
El rincón más bonito es la plaza principal (Marktplatz), con una fuente en el centro y edificios engalanados con flores.
El pueblo es una preciosidad, y está lleno de pequeños rincones y detalles.
La iglesia protestante está allí mismo, pero nosotros seguimos camino en busca de la foto que sale en todas las revistas de viajes.
La iglesia parroquial católica (Pfarrkirche) es una pequeña iglesia gótica que se comenzó a construir alrededor de 1181, mientras que su impresionante torre es del siglo XII. Fue terminada hacia el 1505, siendo restaurada en 2002. Durante las guerras religiosas que siguieron, la iglesia fue utilizada alternativamente por los católicos y los protestantes. Tiene un pequeño cementerio montañés a su lado.
Allí cerca hay una pequeña capilla (osario Hallstätter Beinhaus) que contiene una colección de unos 1.200 cráneos adornados. Este osario fue creado porque el cementerio de la ciudad se quedó pequeño y buscaron una alternativa que consistía en enterrar a los muertos durante diez años y después se exhumaban, se limpiaban y se colocaban los huesos en el osario. Las calaveras comenzaron a pintarse con los símbolos familiares (como hojas de roble, laureles o rosas). El orden de los cráneos define su relación parental.
Hasta el siglo XIX la única posibilidad de llegar a la localidad era en barco o por senderos estrechos. La tierra entre las montañas y el lago era escasa y estaba ocupada por la localidad misma. El acceso entre las viviendas y la orilla del lago se realizaba a través de una pasarela elevada sobre los áticos de las casas. El primer camino importante se construyó en 1890 por la parte oeste a través de la roca. En la siguiente foto podemos ver cómo los edificios literalmente trepan por la ladera del monte debido a la falta de espacio.
Ya solo nos faltaba desandar el camino y subirnos al coche para volver a Innsbruck.
Nos quedaron pendientes las famosas minas de sal, pero con los casos de Covid en auge no quisimos meternos en un lugar cerrado. ¡Lástima!