viernes, 23 de abril de 2021

Camboya X - Sambor Prei Kuk

Localizado en la provincia de Kompung Thom, a 30 km al norte de la capital provincial y a más de 200 km de la capital del país, este yacimiento arqueológico es desdeñado por la mayoría de turistas, que prefieren centrarse en la zona de Angkor.




Pero nosotros buscábamos algo más que una foto, y queríamos conocer Camboya en toda la profundidad que se puede conseguir en un viaje de un par de semanas. De modo que sacrificamos varias horas de coche con tal de llegar a estos sitios que no son tan accesibles. El premio es poder ver las ruinas en total soledad.




El complejo, que se divide en tres grupos principales, rodeado cada uno por murallas dobles, pertenece a la era Pre-Angkoriana del reino de Chenlá (entre finales del siglo VI y principios del siglo IX d.C.), siendo una de sus capitales conocida como Isanapura. Se trataba de una época de prosperidad en la que la pretérita Camboya enviaba embajadas a la cercana China.




Lo encontramos rodeado de un bosque subtropical que fue minado durante la guerra. Se supone que no quedan minas antipersona, pero yo recomendaría ir con alguno de los guías locales sin salirse de los senderos y las zonas seguras.




Además de unos árboles gigantescos y una espesa vegetación, encontraremos edificios de varios tipos, incluyendo numerosos templos (prasats), torres octogonales, lingams, estanques vacíos y esculturas con forma de león.





Fue construido cerca de los ríos Sap y Sen, principalmente en ladrillo, en diferentes épocas, encontrándose la parte más antigua al sur y al norte, edificada por Isanavarman I en el siglo VII, mientras que los santuarios del centro corresponden a una fecha más tardía.





La naturaleza va reclamando su terreno, adueñándose de los edificios, hasta el punto de abrazarlos casi por completo. No se sabe si es el templo el que sostiene al árbol o viceversa.



Hay en total 105 templos hindúes, y como podréis imaginar, solo tuvimos tiempo de ver los más principales, porque aquí se pueden echar las horas e incluso los días que uno quiera. Prasat Sambor, en el grupo norte es uno de los principales, data del siglo VII y está dedicado a una de las reencarnaciones de Shiva conocida como Gambhireshvara.









En el sur, Prasat Yeah Puon incluye 22 santuarios que datan del siglo VII (600 - 635 d.C.), edificados durante el reinado de Isanavarman I en dedicación a Shiva.






Finalmente, Prasat Boram se localiza en el centro, con sus esculturas de león. Data del siglo IX.




El último rey importante en Isanapura fue Jayavarman I, cuya muerte causó el caos en el reino a inicios del siglo VIII, dividiéndose de nuevo en múltiples principados y abriendo vía a una nueva época: Angkor. Ya en el siglo XX, el lugar sería bombardeado por los Estados Unidos, generando cráteres que aún hoy podemos apreciar, en un intento por detener a las fuerzas norvietnamitas que usaban Camboya para atacar Vietnam del Sur. Fuentes: Wikipedia y elaboración propia.

lunes, 12 de abril de 2021

Islandia IX - Geysir

Habíamos aterrizado en Islandia el día anterior y todavía nos movíamos con la inexperiencia propia de los comienzos, pero tras la visita a Thigvellir nos sentíamos con más confianza bajo un cielo inesperadamente azul.





Nuestra siguiente parada, dentro de lo que se conoce como el Círculo Dorado, sería el área geotermal de Geysir, un infierno que en realidad tiene toques paradisíacos. El agua puede alcanzar los cien grados y el lodo estalla en burbujas mientras los géiseres alivian el vapor acumulado en el interior de la tierra.








De hecho, la palabra géiser proviene de aquí, de un chorro de agua que ahora dormita silencioso después de que muchos turistas intentaran resucitarlo a base de echar piedras dentro hasta taponarlo. Una prueba más de la estupidez humana.



Lo primero es averiguar la dirección del viento, ya que el nervioso Strokkur – el más activo de todos – puede lanzar el agua hasta treinta metros de altura, aunque normalmente no supera los diez, y no es cuestión de salir escaldado. Mejor nos quedamos en el lado seguro del cordón.



Si te has perdido la erupción solo tienes que esperar diez o doce minutos, pero su reloj anda algo estropeado y adelanta y atrasa a su antojo, así que te vas a cansar de sostener la cámara y el chorro te va a pillar fuera del encuadre. Es todo un reto que uno se toma con agrado.





Se cree que esta zona, sita en realidad en el valle Haukadalur abarca unos 3 km cuadrados. Inició su actividad hace más de un milenio y cuenta con una docena de géiseres activos de diferentes tamaños. Investigaciones realizadas en el siglo XIX dieron como resultado que la columna de agua podía llegar hasta unos sorprendentes 170 metros de altura.



El paisaje es espectacular, con piscinas naturales de agua bien caliente y colores vibrantes que llaman la atención. Se puede caminar tanto como uno quiera sin pagar entrada y está al lado de la carretera principal.






El sitio se presta a caminar y explorarlo, especialmente en un día soleado de verano como el que nos ha tocado.








Hace tiempo que aprendí que en los viajes no se puede abarcar todo, que hay que disfrutar de lo que se pueda sin lamentarse por lo que dejas atrás sin conocer, pero lo cierto es que en ese sentido Islandia es frustrante. Saber que puedes caminar por aquí durante un día entero y tener que marchar en un par de horas… Deshicimos el camino y volvimos a quedarnos enganchados en el géiser más activo. El agua brota con tanta fuerza que se vacía, aunque enseguida vuelve a llenarse.







Os dejo una última secuencia.









Parte de la información que complementa mis fotos y mis recuerdos la he sacado de esta página: https://www.icelandtravel.is/attractions/geysir/