jueves, 18 de junio de 2020

Tioga Road III – Tuolumne Meadows y Soda Springs

Contrariamente a mi costumbre de ir saltando de un continente a otro en este blog, esta es la tercera, y última, entrada consecutiva sobre la Tioga Road, pero es que creo que así se aprecia mejor este rincón del mundo.



Hoy toca caminar, pero es poco rato y la ruta es muy sencilla. Nos encontramos en unas tierras que estaban habitadas por los indios cuando los primeros hombres blancos llegaron, relativamente tarde, allá por el final del siglo XIX.



Uno de ellos era John Muir (1838 – 1914), un escocés nacionalizado estadounidense que se caracterizó por la defensa de los grandes espacios naturales del Oeste americano. Publicó infinidad de artículos, así como varios libros, y gracias a él disfrutamos hoy de parques como Yosemite o Sequoia.



Después de un accidente en el que casi pierde la vida, se dedica a recorrer a pie gran parte de Estados Unidos, y Centroamérica, pasando incluso al Caribe y alcanzando California en 1868, donde se establecería Fundó allí, en 1882, el Sierra Club, el primer grupo conservacionista de la historia.



La ruta que hicimos es muy sencilla, tiene unos 2,5 km y se recorre en una hora. Empieza y termina en el aparcamiento de Lembert Dome. Esta nube me llamó la atención con sus colores.




Llegamos al Parsons Memorial Lodge, un pequeño edificio que fue construido en 1915 por el Sierra Club, tratándose de una de las primeras estructuras de piedra en el interior del parque de Yosemite.


Rinde tributo al neoyorquino Edward Taylor Parsons, un conservacionista y montañero que se convertiría en director y consejero del Sierra Club desde 1905 hasta su fallecimiento en 1914.




Se escogió esta ubicación para la cabaña con el objetivo de proteger del pastoreo a unas fuentes termales cercanas, llamadas Soda Springs. El edificio es de una sola planta y en él encontramos fotografías de la época. Fue declarado National Historical Landmark en 1987.




Hacía una tarde estupenda, de modo que alargamos un poco nuestro paseo para disfrutar de los alrededores.





Llegamos así a este fotogénico río. Por algo la zona se llama Tuolumne Meadows.







Solo nos restaba, pues, regresar al aparcamiento por la misma senda.


La carretera continúa, y nos habría encantado atravesar el puerto de montaña y llegar a Mono Lake, pero nuestro hotel iba quedando más y más lejos y todavía nos quedaban muchos kilómetros por recorrer. Queda para otro viaje.

sábado, 6 de junio de 2020

California XVII - Tioga Road II – Lago Tenaya y Pothole Dome


Continuamos camino por la Tioga Road donde lo habíamos dejado hace unos días y alcanzamos el lago Tenaya, que en este caso es más grande y vuelve a estar junto al asfalto.







Antes hemos atravesado un paisaje extraño de piedras graníticas modeladas por unos glaciares que se retiraron hace diez mil años. Los árboles, escasos, crecen donde encuentran una grieta, pero la altitud no favorece su crecimiento, pues estamos a 2.500 metros, y la vegetación, adaptada al frío y a los inviernos largos, nos lo cuenta sin palabras. No en vano, esta carretera suele cerrar al tráfico desde finales de septiembre a finales de mayo, dependiendo de la nieve que haya.




El Tenaya es el lago más grande de Yosemite. Destino popular para los que practican las actividades acuáticas, nosotros lo encontramos sin gente. Fue creado por el brazo de un antiguo glaciar y su nombre recuerda a un famoso jefe indio. Antes era conocido por los indígenas como el lago de las piedras brillantes.





Seguimos conduciendo hacia el este y llegamos a Pothole Dome. Los alrededores están plagados de pequeños montículos de piedra granítica que destacan en mitad del paisaje; son las cúpulas, dome en inglés.




Pothole es uno de ellos, fácilmente accesible desde un aparcamiento que hay al borde de la carretera.




Hay que ascender por una cuesta bien empinada que pone a prueba la tracción de nuestras piernas y botas. La piedra, tan blanca, brilla con los rayos del sol bajo un cielo azul y despejado.







Al llegar a la cima podemos disfrutar del paisaje, viéndose Tuolumne Meadows al fondo.




Después de este ejercicio físico, todavía nos queda una parada más, pero esa la dejamos para otro día.