Ir a
Islandia y no ver frailecillos (Fratercula arctica) es como visitar una
Australia sin canguros, factible pero imperdonable, y para nosotros era uno de
los puntos fuertes del viaje.
El
hecho es que tardaron varios días en dejarse ver. Fuimos a un par de sitios
donde por lo visto son abundantes, pero en el primero de ellos solo encontramos
gaviotas, y hacía tanto viento que los turistas que regresaban por otros
senderos nos informaron de que no habían visto ninguno. El segundo lugar
tuvimos que obviarlo por falta de tiempo, una constante en nuestro recorrido
por la isla.
Varios
días después preguntamos en un centro de visitantes y dimos con la tecla. Al
final de una carretera de tierra, en la que además estaban de obras, pudimos
encontrarlos. Solo el último tramo, llegando ya a un puerto pesquero, estaba
asfaltado.
Según
nos acercábamos aumentaba mi temor de que estuvieran en algún islote a varios cientos
de metros de la orilla. Cual sería mi sorpresa al ver que anidaban en un
promontorio de la costa misma.
Una
simple valla nos separaba, pero aun así estaban tranquilos, primero porque los
que allí estábamos pretendíamos hacerles fotos sin molestarlos, y, segundo,
porque debían estar más que acostumbrados a los turistas.
En
tierra eran objetivo fácil, pero los que salían volando en dirección al mar era
imposible fotografiarlos. Los pocos que conseguí sacar en el aire fue porque
reducían la velocidad justo antes de posarse.
De la
Wikipedia: El frailecillo atlántico cría en Islandia, Noruega, Groenlandia,
Terranova y muchas islas en el norte del Atlántico. En el sur y oeste, su
actividad llega hasta Maine y a las Islas británicas en el este.
Aunque
su número ha descendido, en ningún caso se trata de una especie en peligro. Se
alimentan principalmente de pequeños peces, los cuales atrapan sumergiéndose en
el agua, utilizando sus alas para la propulsión, y pasan el invierno en el
agua, acercándose a tierra durante la época de apareamiento, en primavera.
Luego, depositan un único huevo, de color blanco en una madriguera previamente
excavada.
Hay
tres subespecies que solo difieren en el tamaño. El macho es, generalmente, un
poco más largo que la hembra, pero los colores son los mismos. La colonia más grande está en Islandia donde anida
cerca del 60 % de la población mundial.
Sorprende
verlos llegar con varios peces en el pico, intentando localizar a su pareja
después de haber despistado a las gaviotas y los pálagos, que a veces le roban
su comida, pero lo cierto es que puede atrapar varios peces pequeños en una
sumergida, deteniendo los primeros en el pico con ayuda de la lengua ranurada,
mientras atrapan otros. Las dos mandíbulas están articuladas de tal manera que
se pueden mantener de forma paralela, logrando así mantener una fila de
pescados en su lugar.
No sé
cuánto tiempo estuvimos viéndolos llegar y marchar, embobados por el continuo
tráfico de aves, pero solo nos fuimos cuando nos dimos cuenta de que se nos iba
la tarde. Al final volvimos a verlos en algún otro sitio de la isla, pero nunca
tan cerca ni en tan gran cantidad.
Son bien bonitos y curiosos... ¿Que tamaño tienen?
ResponderEliminarSon muy particulares y a la vez bonitos, si que hubiese sido una pena no poderlos ver, pero veo que tuviste suerte al final.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué barbaridad, hay más frailecillos, que frailes en un monasterio o en un convento!
ResponderEliminarSon preciosos.
Tienen un aspecto atrayente y, ah, ese pico... ¡me encanta ese curioso pico!
ResponderEliminarCómo te envidio, que los has visto in situ.
Hola Tawaki! Nunca había oído hablar de los Frailecillos son muy curiosos y bonitos, las fotos son más que buenas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué experiencia maravillosa, cuántas fotos y todas tan buenas que permiten conocerlos en varias actitudes. Me resulto raro verlos volar con sus patas de pato al aire. Son realmente hermosos, gracias por estas tomas maravillosas, variadas y oportunas. Beso
ResponderEliminarQué interesante cómo la Naturaleza provee para las estrategias de pesca. Muy curioso. Vuelvo a maravillarme, mirándolas detenidamente.
ResponderEliminarEs una especie que no he visto, sin embargo, he de hacer algún viaje de propio para ello.
ResponderEliminarHas hecho un reportaje a lo grande. Las fotos son muy buenas y, además, bien documentadas con toda gama de conductas en estas aves.
Saludos.
Islandia, Islandia, Islandia.....¡Qué bonita es Islandia!
ResponderEliminarLo poco que se ve de ella en la última foto, y lo mucho que me transmite y dice.
Me alegra que finalmente pudieran avistar tantos frailecillos. Sin duda son muy fotogénicos, y un atractivo más de la isla.
Buenas fotos. Me gustó especialmente la número once.
Me quedo con la foto número 11.
Senior Citizen, unos treinta centímetros, y pesan poco menos del medio kilo.
ResponderEliminarMAri-Pi-R, el que la sigue la consigue, pero ya me veía volviendo a casa sin verlos. Menos mal que tuvimos suerte.
Un jubilado, están en una zona apartada, donde van pocos turistas, así que viven tranquilos. Como además no les falta comida parece que la colonia va viento en popa.
Una mirada, ese pico de color tan intenso contrasta con el blanco y negro del resto del ave, destacando sobre la hierba verde y el azul del cielo. Es toda una sinfonía de colores. Fue toda una experiencia.
Conchi, se hace lo que se puede, porque cuando vuelan lo hacen muy rápido. Menos mal que estaban muy cerca y pude recrearme a gusto.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Rosa María, se les ve tanto las patas porque estaban intentando aterrizar, que era el momento menos difícil para fotografiarlos en vuelo. Van muy rápido. Son una preciosidad.
ResponderEliminarJavier G., no me extraña que no los hayas visto, pues hay que ir al norte. En otros lugares no sé, pero en Islandia los ves seguro. Si te animas me avisas y te digo dónde los vimos nosotros.
Contadora de Libros, costaba pillarlos en vuelo. En cambio, los que estaban posados en tierra eran un objetivo más fácil. Poco a poco iré trayendo más fotos sobre esta isla preciosa, así que no sufras. Vas a tener entradas hasta el día del Juicio, ja,ja.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Vuelvo a recrearme, el puerto pesquero es precioso. Qué bonitos son. Vuela otro beso.
ResponderEliminarRosa María, eso es lo bueno de los blogs, que lo que se publica queda para que quien quiera y cuando le apetezca pase a echar un vistazo. Un beso.
ResponderEliminarQue lindo!
ResponderEliminarO que é esse bico e suas cores! quero um pra mim kkk.
A Casa Madeira, la próxima vez te traigo un par de ellos ;))
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