sábado, 4 de mayo de 2019

Vietnam X – My Son I

Todo lo que sabía esa mañana era que nos llevaban a ver unas ruinas, pero poco más. Mi amiga lo había organizado todo y yo me dejaba llevar como un corderito. My Son está a unos 40km de Hoy An – una distancia que se recorre en algo menos de hora y media – en la cuenca del río Thu Bon, en la actual provincia vietnamita de Quang Nam. Un vehículo eléctrico te lleva desde el aparcamiento hasta la entrada de las ruinas propiamente dichas.




Como buenos turistas, nos sentamos a ver un corto espectáculo musical antes de empezar a caminar por unos senderos bien delimitados que atraviesan esta zona de selva. El día está algo nublado y la temperatura es agradable.





Los templos están muy cerca unos de otros, agrupados en conjuntos identificados por letras. El camino es llano, está señalizado y no presenta la más mínima dificultad.







La cultura Champa, los arquitectos de estas maravillas, se estableció a finales del siglo II, tras independizarse del poder de los mandarines, en una estrecha franja costera de unos mil kilómetros de largo pero comprimida entre el mar y las montañas.





Más que un reino se trataba de una federación de varias regiones. De acuerdo con ciertas leyendas, los Areca gobernaban el norte y los Coconut el sur. Los dos centros religiosos más importantes eran My Son, situado en un profundo valle rodeado de montañas y Po Nagar Nhan, en una colina junto a un estuario. Pero hay muchos más, y después de haber estado en My son me quedo con ganas de ver algunos otros. Siempre me sucede que cuando visito un país, lejos de tacharlo de la lista, descubro que tengo que regresar, no ya una, sino varias veces.





El rey Bhadravarman (me gustaría saber quién es el gracioso que pone los nombres) fue el que introdujo el hinduismo, durante el siglo IV. Se vivirían entonces los mejores años de esta cultura, hasta el siglo VIII, un época en la que se construyeron infinidad de templos al tiempo que se desarrollaban las relaciones con India y el resto del sudeste asiático.





Ello no impidió que hubiese conflictos armados e invasiones. En el siglo VII, los javaneses destruirían Po Nagar Nha, por ejemplo. Comenzó de este modo un periodo oscuro, dominado por los enfrentamientos. Con el paso del tiempo, el hinduismo se fue fusionando con las tradiciones y creencias locales. Shiva, Ganesha (al que tengo un cariño especial que os explicaré algún día) y compañía, compartían atención y espacio con otros dioses locales, los antepasados y los reyes deificados.




Son muchas las esculturas que adornan las fachadas, aunque su estado de conservación no es el mejor. Las torres de ladrillo, los templos budistas e hinduistas constituyen el mayor legado de la cultura Champa. Edificios regados por todo el centro de la actual Vietnam, ocultos en la selva, destruidos por las guerras y consumidos por el tiempo y el abandono.




Poco a poco están siendo reconstruidos, primero con técnicas occidentales que hace unas décadas no estaban demasiado desarrolladas y son ahora objeto de críticas; en la actualidad son los propios vietnamitas los que trabajan para devolver estos templos a la vida, para hacerlos visibles al mundo actual, que los observa con sorpresa como si nunca los hubiese conocido. Hoy lo dejamos aquí para continuar dentro de unos días.

11 comentarios:

  1. Para ver ruinas, no hay que ir tan lejos, te vienes a España y muchas ermitas, iglesias y edificios singulares por dejación, falta de dinero o políticos que no les importa nada más que su beneficio personal han dejado que se vayan cayendo.
    Aparte de eso me has hecho estudiar y ya conozco bastantes más cosas sobre My Son, en la provincia central de Quang Nam, se trata del mayor santuario del reino de Champa, donde se encuentran huellas de más de 70 obras de piedra y ladrillo, edificadas entre los siglos VII y XIII, con sus originales materiales de construcción y relieves trabajados con mucha delicadeza...

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    1. A ver si lo he entendido bien. ¿Todo es a partir del hinduismo o hay algo anterior de esas creencias locales?

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    2. Es un lugar muy interesante, que están reconstruyendo como pueden. Cuanto más estudio sobre ello, más me gusta. En España siempre hemos pecado de no saber valorar el inmenso patrimonio que tenemos. A veces envidio a otros países, que con mucho menos sí saben sacarle partido.

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    3. Senior Citizen, antes había creencias animistas y chinas, pues estos pueblos tienen origen malayo y estuvieron sometidos a China. El hinduismo y el budismo llegaron a través de los comerciantes indios, sobre todo a partir del siglo I.

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  2. Me parece un conjunto muy bonito y completo me recuerdan a los templos de Camboya.
    Un abrazo.

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  3. Precioso.
    Cuánta historia encierran esas piedras. Si pudieran hablar....Si nos dejaran ver un poquito de la vida de entonces en ese preciso lugar, tal y como fue.

    No sé si a ti te sucede, pero yo cuando visito lugares tan antiguos y con tanto significado, no puedo resistirme a tocarlo. Solo acariciar con la palma de la mano, como si ese gesto intensificara las múltiples sensaciones que me provoca estar allí.

    Nos has dejado con la intriga, pero ya llegará el día que nos cuentes sobre tu cariño especial por Ganesha.

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  4. Mari-Pi-R, no me extraña, porque toda esta zona del sudeste asiático estuvo compartiendo la cultura de uno pueblos con la de otros. El comercio y las invasiones extendieron una forma de ver la vida de la que aún nos quedan muchos restos.

    Nélida G.A., si pudiesen hablar nos resolverían infinidad de cuestiones, porque es mucho lo que se desconoce de esta cultura. Los conflictos armados no han permitido hasta hace poco que los investigadores hayan podido trabajar con calma. Eso sí, poco a poco, se van conociendo más cosas. A mí me gustaría tocar esas piedras, pero suelo reprimir el impulso, pues la mayor parte de las veces tiene efectos negativos en su conservación, pero entiendo perfectamente lo que dices. Algún día contaré por qué me gusta Ganesha, pero no esperes nada del otro mundo. Es una historia de los más normalita.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

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  5. Y qué ruinas -benditas ruinas-... Si en fotografía son espectaculares -qué arquitecturas tan trabajadas-, in situ tienen que dejar la vista pasmada. Si, además, el prolegómeno a la visita es un espectáculo musical y colorista, no hay duda del buen aprovechamiento de la excursión.

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  6. Una mirada, es un lugar precioso, y el hecho de que los templos se encuentren en medio de una selva tan grande les da todavía más encanto. Si a eso le sumamos la historia de este rincón del mundo, con su intercambio de culturas, entonces tenemos el producto perfecto. Muchas gracias por comentar.

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  7. Aquí estoy retomando tus maravillosos post. Me parece increíble que se mantengan en pie las esculturas dada su falta de manutención, el material utilizado sería bien elaborado para que perdurara a lo largo de tantos siglos. Maravillosas fotos. Gracias. Beso

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  8. Rosa María, me alegro y te agradezco que llegues hasta aquí con tus comentarios. Eran buenos constructores, y si no hay más santuarios en pie es por culpa de las bombas, aunque algunos han sido reconstruidos. Es un trabajo tremendo, en mitad de la selva. Un beso.

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