El General Sherman es, con sus 1.500 metros cúbicos de volumen, el mayor árbol del mundo. No es el más alto, pues mide 83 metros, ni el más ancho a pesar de sus más de 11 metros de diámetro en la base del tronco. La circunferencia alcanza unos impresionantes 31 metros.
Se estima que tenga unos 2.200 años y que pese 1.385 toneladas. Recibe el nombre de un general de la Guerra Civil, William Tecumseh Sherman.
Un aparcamiento cercano está acondicionado para la visita en silla de ruedas, pero para los que puedan caminar hay infinidad de senderos que conducen hasta este impresionante monumento natural.
Entre todas ellas, la más utilizada es la General Sherman Trail, que, partiendo de otro aparcamiento más grande, desciende unos sesenta metros (menos de la altura del árbol) por un sendero pavimentado en el que hay algunos escalones.
Por el camino encontramos bancos en los que poder descansar, así como la silueta de la base del árbol, representada con ladrillos en el suelo, para que podamos ver mejor la anchura de la sequoia.
El Sequoia National Park es el parque más antiguo de California, y, como su nombre indica, acoge infinidad de estos árboles. Fue fundado el 25 de septiembre de 1890.
Lo más curioso es que el árbol sigue creciendo a razón de 1 centímetro de ancho por año. En 2021 hubo que protegerlo, envolviendo su tronco con aluminio, de un incendio causado por un rayo. Si bien es cierto que estos árboles soportan bien el fuego, no se quiso correr riesgos. De todas formas, los bomberos pudieron controlarlo antes de que causara daños en esta zona.
Como es tan alto – su rama más baja está a 40 metros – es complicado hacerse una idea de las dimensiones, pero el diámetro de su rama más grande es de 2 metros.
Desde el árbol podemos volver caminando al aparcamiento, pero también hay un servicio de autobús para los más perezosos.
Menudo parque de gigantes guardianes del paso del tiempo. Ellos, si pudieran comunicarse, nos darían una clase magistral de orografía, clima, astronomía, historia...
ResponderEliminarEn lugares como ese es más notoria la pequeñez humana, y no me refiero solo al tamaño.
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Me ha encantado el reportaje.
Una mirada, son espectaculares. Estar allí, entre ellas, es como visitar otro mundo. Si pudiera volver atrás llevaría a mis padres, que seguro las habrían disfrutado con una intensidad especial. Habrá más entradas como ésta, porque el parque da mucho de sí. Un abrazo.
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