domingo, 17 de diciembre de 2023

Australia XV - Anglesea Golf Course

El vuelo desde Ayers Rock a Melbourne había llegado puntual; nuestras maletas también y el coche de alquiler nos esperaba a punto para iniciar nuestra ruta por la Great Ocean Road. Pronto dejamos atrás el tráfico de Melbourne y enseguida nos asomamos al mar a la altura de Bells Beach, pero nos contentamos con verla desde un mirador.






No íbamos con prisa, pero sí teníamos que hacer varios kilómetros antes de la puesta de sol; avanzar camino para los días siguientes, de modo que pasamos por alto casi toda esta zona, con la mente puesta en el motel que habíamos reservado en Lorne.





No obstante, teníamos una cita con los canguros del campo de golf de Anglesea, los únicos que veríamos durante todo el viaje por Australia. Aparecen en todas las guías de viaje, y por lo visto es fácil encontrarlos descansando sobre el césped del campo.






Aunque hay tours organizados, nos contentamos con velos a través de una verja, junto a la carretera. Son canguros grises orientales, la especie típica del sur del país, de la que se estima que hay millones de ejemplares. Los machos pesan unos 60 kg que reparten entre dos metros de envergadura. Superan los 60km/h, pueden saltar ocho metros de largo y dos de alto, y suelen vivir en grupos de hasta cien individuos.






Como digo, fueron los únicos que vimos, a pesar de que son abundantes. Quizás hacía demasiado calor durante las horas centrales del día, ya que ellos prefieren moverse al amanecer, al atardecer o por la noche. Hay más información en esta página.






Retomamos la carretera de la costa para acercarnos al faro de Aireys y a la reserva costera de los acantilados de Lorne, justo a tiempo de ver los rayos del sol sobre las rocas.







Llamamos al motel para avisar de que estábamos cerca y nos recomendaron cenar en Lorne, porque en esta zona del mundo, los restaurantes dejan de servir pronto. Tuvimos suerte con el sitio, la comida fue estupenda, al igual que la cerveza.




Al llegar al motel nos esperaba una caja de bombones. Y es que la dueña nos había confundido horas antes al teléfono con un cliente que había cancelado en el último momento y me costó Dios y ayuda convencerla de que nosotros no teníamos nada que ver. De hecho, estaba tan alterada que no me escuchaba; fue su marido el que puso un poco de cordura en el asunto. Y, claro, la señora quería disculparse.

7 comentarios:

  1. Menudo reportaje chulo, qué lugares hay por el mundo, qué planeta tenemos...y la aventura no se quedó atrás, pero bueno se impuso la cordura, las disculpas y los bombones lo arreglan todo jajajaja. Mi abrazotedecisivo

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  2. Bonitas fotos de la costa y los canguros nos traes, cuando te confunde con una persona que ha anulado su estancia suele pasar estas cosas, pero si con una cerveza se arregla, pelillos a la mar.
    Abrazos.

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  3. Aún visto desde el mirador, el lugar es precioso. Puedes decir que has visto canguros in situ. Dulce compensación por el error.
    Felices Fiestas Javier . Y Feliz Navidad.
    Un abrazo 🤗〰〰💕

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  4. Que viajes haces... Que no vea esto un amigo mío, que hace años quiso emigrar a Australia y no pudo.

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  5. Sara, este Planeta es tremendo. Lástima que la vida sea tan corta que solo nos deje descubrir pequeños trocitos.

    Conchi, me habría gustado ver más canguros, pero así tengo una excusa para volver a Australia.

    Laura M., toda esta zona de Australia es espectacular. Guardamos muy buen recuerdo de este viaje.

    Senior Citizen, me gusta viajar y es el premio a un trabajo sacrificado, o al menos así lo veo yo.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

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  6. Pensaba que había hecho un comentario aquí, diciendo algo relativo a que hay animales que se guardan a sus hijos en el bolsillo, pero no le daría a publicar.

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  7. Un jubilado, nunca es tarde y ya ves que hay segundas oportunidades, aunque te he visto de casualidad, porque no suelo revisar los comentarios de entradas antiguas. ¡Buen 2024!

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