Vuelvo a llevaros a Canadá, a ese viaje que hicimos por las montañas Rocosas hace ya una pila de años, en junio de 2001. Vimos infinidad de lagos y el paisaje, incluso el que apreciábamos desde la carretera, sin necesidad de adentrarnos mucho por estas montañas, era espectacular, pero guardo un recuerdo especial de este lago en particular.
Se encuentra en el parque nacional de Banff, a unos pocos kilómetros de otro lago emblemático con el que inauguré este blog, el lago Louise.
Su nombre quiere decir morrena en inglés, tiene una superficie de medio kilómetro cuadrado y se alimenta con los glaciares que bajan desde las montañas que lo rodean.
El color del agua es consecuencia de los minerales y de la refracción de la luz. Nos tocó un día nublado, pero el entorno es tan bonito que igual mereció la pena.
Fue allí donde me subí a una canoa por primera vez, bien abrigado, como podéis ver. Estuvimos remando aproximadamente una hora, y, si bien no íbamos del todo recto, lo pasamos en grande.
Estábamos solos, el nivel del lago se encontraba en máximos y el paisaje que nos rodeaba no podía ser más bello. Creo que no se puede pedir mucho más.
Es curioso, porque el amigo con el que hice el viaje terminó viviendo en Canadá, aunque años más tarde volvimos a coincidir los dos en Suiza. Las vueltas que da la vida, ¿no os parece?
Parece mentira que un país con tanta agua, tenga ahora esos incendios que no hay forma de apagarlos.
ResponderEliminarVuelvo a llevaros a Canadá... Espera un poco que estoy en Broto y aunque tengo algo de ropa de abrigo, pero es sencilla y necesitaré algo mas grueso, además con los incendios existentes cojo unas cuantas mascarillas que seguro las tengo que emplear alguna vez para evitar en lo posible el humo de los incendios.
ResponderEliminar- Jubi, que no son fotos actuales, están echas cuando no había incendios
Bueno, pero por si acaso.
Las fotos preciosas.
Con el calor terrorífico ah hace ahora reconforta visualizar esas zonas lacustres entre montañas e imaginarse sumergiéndose en esas aguas heladas...
ResponderEliminar"ah hace", no; "que hace".
ResponderEliminarSenior Citizen, es que hay mucho bosque y poca gente. Si además, en el Niño, han tenido unos meses de sequía, lo normal es que se desaten incendios. No he mirado nada, pero confío en que no haya daños personales.
ResponderEliminarUn jubilado, a nosotros nos llovió de lo lindo y era junio. Tampoco pasamos demasiado calor, pero ya se sabe que los paisajes montañosos son propensos a ello. Confiemos en que los incendios pasen pronto y la fauna y la flora se puedan recuperar.
Una mirada, dicen que viene el Niño, y ya se sabe que eso trastoca el clima a nivel mundial. Por si fuera poco, allí los bosques son inabarcables, y los medios escasos. Ojalá que terminen pronto.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Canadá es uno de esos países con una belleza singunlar. Personalmente me encantan los bosques caducifolios. Seguro que fue un muy buen viaje.
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ResponderEliminarGusta ver estos paisajes ahora que el calor nos está atacando bien. Aún nublado las vistas son espectaculares. Y no importa que sean de hace tiempo, así se vuelve a revivirlo. Gracias Javier.
Buena semana.
Un abrazo.
J.S. Vila, veo que tienes un blog muy interesante al que habrá que echar un vistazo. El viaje fue una maravilla y solo nos sobró algo de lluvia, pero el paisaje es inigualable.
ResponderEliminarLaura M., y que lo digas, veinte años no son nada... Precisamente recurro a los blogs para desenterrar este tipo de fotos, viajes, experiencias, etc. Un poco de fresquito no no viene mal.
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.