miércoles, 10 de mayo de 2023

Perú XVII – Lago Titicaca I

El Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, con sus 3.800 msnm, aunque nosotros apenas notamos la falta de aire por llevar ya varios días de viaje. Habíamos aterrizado en Juliaca el día anterior y habíamos visitado Sillustaní, antes de embarcarnos en esta aventura de dos días, puesto que haríamos noche en Amantaní, la mayor isla del lago.




Estamos en los Andes centrales y el lago sirve de frontera entre Perú y Bolivia. Su profundidad media es de 107 metros, con una máxima de 281, aunque el nivel del agua es muy irregular. Ocupa 8.300 km2.




Éramos un grupo de lo más heterogéneo, con gente de muchos países y una curiosa mezcla de lenguas los que nos embarcamos en Puno. Unos 25 en total, contando con una tripulación que no se sentía estresada.





Porque no es la primera vez que os traigo a este rincón del mundo, ya que en esta entrada os hablé de las islas flotantes de los Uros.





Más de 25 ríos desaguan en el lago, pero el nivel no ha dejado de bajar desde el año 2000. La contaminación también es una preocupación creciente. Es muy tranquilo, y navegar por él una auténtica delicia. Desde las islas de los Uros hasta Amantaní hay tres horas de camino que se nos pasaron en un suspiro.







En la isla no había hoteles (mayo de 2009) así que nos asignaron a diversas familias que nos alojaron en sus casas particulares, comiendo lo mismo que ellos. Es una forma estupenda de aprender más de una cultura diferente, ancestral e interesante.







Viven de la agricultura y de la ganadería, aunque poco a poco se van abriendo a recibir más turistas. A pesar de su evidente pobreza, es encomiable el esfuerzo que hacen para que nos sintamos a gusto. Desconozco cómo era su cuarto de baño, pero el nuestro, que estaba al otro lado del patio, era nuevo y estaba sin estrenar.







Almorzamos una sopa de quinoa y una tortilla con papas y nabos. En Perú hay más de 3.000 variedades de papas; ¡una locura! Después iniciamos el largo camino de ascenso hasta uno de los centros ceremoniales que hay en lo alto de una colina. Si antes os dije que estábamos acostumbrados a la altura, me desdigo ahora mismo, porque mis pulmones buscaban con ansia un aire que no existía.







La puesta de sol desde allí arriba debe ser espléndida, pero a nosotros nos tocó un decepcionante horizonte lleno de nubes. Para cuando iniciamos el descenso ya era de noche y tuvimos que hacer uso de nuestras linternas.






Tras la cena, nos vestimos (me niego a subir las fotos) con los trajes típicos y nos llevaron a bailar. Ya se sabe que la vida de turista es muy dura y está llena de responsabilidades…









Soy consciente de que estas actividades no forman parte de su vida cotidiana, sino que son un espectáculo para turistas, pero ello no es óbice para que podamos ayudarles de alguna forma, complementando sus ingresos. Por otro lado, la manera en la que nos integremos con su cultura y forma de vida depende en gran medida de nuestra actitud e interés. Podemos pasar de puntillas o podemos preguntar y aprender.

7 comentarios:

  1. Qué belleza y serenidad! Muy acogedores y también interesante esa forma de turismo. Unas fotos preciosas... Faltaron las vuestras. Por aquí también las formas de danza tanto folklórica como tangueras son más para el turista, de todos modos todo se disfruta. Cariños

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  2. Un buen viaje por lo que veo en las fotos y descripciones Tawaki, me hubiera gustado que pusieras tus fotos, seguro que son divertidas.

    Un abrazo.

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  3. Gracias por traernos esas fotos y contar tu experiencia. La verdad es que debe ser complicado acostumbrarse a esa altura.
    Abrazos.

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  4. Viajar a otros países y con compañeros de distintos lugares también es una forma de aprender. Que bueno lo de alojarse con gentes del lugar así se ve muy bien su forma de vida y costumbres. Cuando no estamos acostumbrados a semejantes alturas cuesta adaptarse. Me han gustado las fotos.

    Bloger me está dando problemas Javier. Hay en blogs que no puedo comentar ni como anónimo sin saber por qué.
    Hoy aquí me ha costado tres veces soltar el comentario. No extraña que muchos los estén d dejando. Espero que pase esta racha.
    Buena semana.
    Un abrazo.

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  5. Rosa María, este paisaje y estas tradiciones te pillan más cerca que en otras ocasiones. Me alegro de que te haya gustado.

    Conchi, en otra ocasión, je,je. Fue un viaje estupendo del que guardo un magnífico recuerdo. Estoy deseando volver a Perú y conocer algo más de lo que me falta, que es mucho.

    Ethan, el placer es mío. Yo lo pasé fatal la noche de El cañón del Colca; apenas pude dormir, pero después, con el paso de los días, te acostumbras.

    Laura M., siento que estés teniendo dificultades. Imagino que hay otras redes sociales más en boga y que Blogger no anda muy interesado en el mantenimiento. De todas formas, ya sabes que comentes o no te siento siempre muy cerca. Sin agobios, por favor. Dicho esto, Perú es un país maravilloso de gentes extremadamente amables. Confío en poder volver más pronto que tarde.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

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  6. Extraordinaria navegación por ese inmenso lago que, en algunas fotografías, parece mismamente un océano. Y vaya con esa ascensión a la colina aunque el horizonte no mostrara las vistas buscadas. Entrañable, desde luego, residir con los propios habitantes de la zona, a los que, sin duda, les vendrá bien ese dinero extra del turismo, y es una pena que en ese festejo popular no hayamos podido apreciar tu estampa con la vestimenta tradicional; hubiera sido interesante.

    Una maravilla todo, Tawaki.

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  7. Una mirada, Perú es uno de esos lugares en los que uno no sabe si quedarse con la comida, el paisaje, la historia o las gentes. Lo mejor de todo es que no hace falta elegir ya que todo es factible.

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