Exceptuando un tren y un avión, el resto de nuestro viaje por la India lo hicimos en coche con un chófer local. Son muchas horas de carretera, pero tiene la ventaja de que observas el país desde más cerca, pudiendo detenerte a ver tempos y palacios que de otro modo te perderías.
Los que os traigo hoy son un ejemplo perfecto de esto que os digo. Acabábamos de salir de Udaipur, y aún nos quedaban muchos kilómetros hasta Jaipur, pero nos detuvimos un momento para admirar este par de templos que, como veréis, están plagados de detalles interesantes.
Llamados bien Sahasra Bahu, bien Sasbahu, son de finales del siglo X y según la Wikipedia están dedicados a Veerabhadra, una fiera forma que asume el dios Shiva. En otros lugares, porque de la Wiki me fío bien poco, he encontrado que la advocación es Vishnu. La verdad es que no resulta fácil encontrar información fiable sobre la India en general.
Nagda fue una importante ciudad fundada por el rey Nagaditya en el siglo VI.
Los templos comparten una misma plataforma, con sendos altares, aunque uno es sensiblemente mayor que el otro. El techo del menor de ellos es octogonal, pero lo que más llama la atención son las esculturas y la delicadeza de la piedra labrada. Éramos los únicos turistas y pudimos disfrutar del sitio en silencio, con total tranquilidad.
Por desgracia, apenas pudimos quedarnos unos minutos, porque Jaipur, la capital del Rajastán nos esperaba, y el camino era largo.