jueves, 27 de abril de 2023

India XXIV – Templos en Nagda

Exceptuando un tren y un avión, el resto de nuestro viaje por la India lo hicimos en coche con un chófer local. Son muchas horas de carretera, pero tiene la ventaja de que observas el país desde más cerca, pudiendo detenerte a ver tempos y palacios que de otro modo te perderías.





Los que os traigo hoy son un ejemplo perfecto de esto que os digo. Acabábamos de salir de Udaipur, y aún nos quedaban muchos kilómetros hasta Jaipur, pero nos detuvimos un momento para admirar este par de templos que, como veréis, están plagados de detalles interesantes.






Llamados bien Sahasra Bahu, bien Sasbahu, son de finales del siglo X y según la Wikipedia están dedicados a Veerabhadra, una fiera forma que asume el dios Shiva. En otros lugares, porque de la Wiki me fío bien poco, he encontrado que la advocación es Vishnu. La verdad es que no resulta fácil encontrar información fiable sobre la India en general.









Nagda fue una importante ciudad fundada por el rey Nagaditya  en el siglo VI.









Los templos comparten una misma plataforma, con sendos altares, aunque uno es sensiblemente mayor que el otro. El techo del menor de ellos es octogonal, pero lo que más llama la atención son las esculturas y la delicadeza de la piedra labrada. Éramos los únicos turistas y pudimos disfrutar del sitio en silencio, con total tranquilidad.








Por desgracia, apenas pudimos quedarnos unos minutos, porque Jaipur, la capital del Rajastán nos esperaba, y el camino era largo.

jueves, 13 de abril de 2023

Chile XXII – Glaciar Bernal

Volvemos al hielo. Como recordaréis, en noviembre de 2013 estuvimos visitando el sur de Chile y una de las actividades era hacer un crucero de varios días con la compañía Skorpios por el Campo de Hielo Sur, algo que recomiendo sin dudarlo.




El glaciar Bernal se encuentra en el fiordo de las Montañas, en las cercanías de Puerto Natales, que es de donde zarpa el barco.




Ya habíamos usado las zodiacs un par de veces para desembarcar en otros glaciares, pero en esta ocasión utilizamos una lancha algo más grande para acercarnos. Era de los primeros días que no estaban completamente nublados, aunque el sol seguía escondido la mayor parte del tiempo.




La vegetación crece donde puede, en una eterna lucha en la que el hielo va perdiendo la batalla, lo que no son precisamente buenas noticias.






Lo primero que vimos fue la pequeña laguna que se ha formado en la cabeza del glaciar.







Tuvimos que caminar un poco, apenas un kilómetro, para acercarnos al glaciar, usando un sendero improvisado con grava y tablones de madera.






Después pudimos verlo bien de cerca.








Los líquenes son la avanzadilla de plantas más grandes.




Pudimos subir al glaciar y caminar junto a él por zonas que habían sido previamente acondicionadas. No es cuestión de caer en una grieta o en una poza, por lo que siempre conviene ir bien equipados y con guías profesionales.









En esta ocasión no llevábamos crampones, y como podéis apreciar, la superficie del glaciar es cualquier cosa menos lisa, por lo que nos limitamos a los laterales del mismo.






Estuvimos bastante tiempo, pero se nos pasó en un suspiro, y antes de darnos cuenta íbamos de camino a la lancha.





Parecía que el sol terminaría por aparecer, pero duró poco, apenas el tiempo justo mientras nos abastecíamos de agua, que aquí no falta y es gratis.






Todavía nos dio tiempo para apreciar la anchura del fiordo mientras seguíamos con la navegación.







Son muchas fotos, lo sé, pero es que es superior a mí. Ha pasado casi una década, y todavía recuerdo esta excursión como si la hubiese hecho ayer.