Localizado en la provincia de Kompung Thom, a 30 km al norte de la capital provincial y a más de 200 km de la capital del país, este yacimiento arqueológico es desdeñado por la mayoría de turistas, que prefieren centrarse en la zona de Angkor.
Pero nosotros buscábamos algo más que una foto, y queríamos conocer Camboya en toda la profundidad que se puede conseguir en un viaje de un par de semanas. De modo que sacrificamos varias horas de coche con tal de llegar a estos sitios que no son tan accesibles. El premio es poder ver las ruinas en total soledad.
El complejo, que se divide en tres grupos principales, rodeado cada uno por murallas dobles, pertenece a la era Pre-Angkoriana del reino de Chenlá (entre finales del siglo VI y principios del siglo IX d.C.), siendo una de sus capitales conocida como Isanapura. Se trataba de una época de prosperidad en la que la pretérita Camboya enviaba embajadas a la cercana China.
Lo encontramos rodeado de un bosque subtropical que fue minado durante la guerra. Se supone que no quedan minas antipersona, pero yo recomendaría ir con alguno de los guías locales sin salirse de los senderos y las zonas seguras.
Además de unos árboles gigantescos y una espesa vegetación, encontraremos edificios de varios tipos, incluyendo numerosos templos (prasats), torres octogonales, lingams, estanques vacíos y esculturas con forma de león.
Fue construido cerca de los ríos Sap y Sen, principalmente en ladrillo, en diferentes épocas, encontrándose la parte más antigua al sur y al norte, edificada por Isanavarman I en el siglo VII, mientras que los santuarios del centro corresponden a una fecha más tardía.
La naturaleza va reclamando su terreno, adueñándose de los edificios, hasta el punto de abrazarlos casi por completo. No se sabe si es el templo el que sostiene al árbol o viceversa.
Hay en total 105 templos hindúes, y como podréis imaginar, solo tuvimos tiempo de ver los más principales, porque aquí se pueden echar las horas e incluso los días que uno quiera. Prasat Sambor, en el grupo norte es uno de los principales, data del siglo VII y está dedicado a una de las reencarnaciones de Shiva conocida como Gambhireshvara.
En el sur, Prasat Yeah Puon incluye 22 santuarios que datan del siglo VII (600 - 635 d.C.), edificados durante el reinado de Isanavarman I en dedicación a Shiva.
Finalmente, Prasat Boram se localiza en el centro, con sus esculturas de león. Data del siglo IX.
El último rey importante en Isanapura fue Jayavarman I, cuya muerte causó el caos en el reino a inicios del siglo VIII, dividiéndose de nuevo en múltiples principados y abriendo vía a una nueva época: Angkor. Ya en el siglo XX, el lugar sería bombardeado por los Estados Unidos, generando cráteres que aún hoy podemos apreciar, en un intento por detener a las fuerzas norvietnamitas que usaban Camboya para atacar Vietnam del Sur. Fuentes: Wikipedia y elaboración propia.
Es un escenario increíble, al menos desde el punto de vista de las fotografías que aportas, y en el que se vuelven a solapar el pasado señorial, con los restos arquitectónicos, y la lacra de los conflictos armados con esas minas antipersona que recuerdan las terribles vicisitudes a las que ha estado sometido el pueblo camboyano.
ResponderEliminarEn las dos primeras fotos, parece que el monumento está protegido con una cubierta, pero esa cubierta se ve también muy antigua. ¿No?
ResponderEliminarUna mirada, es la Camboya más alejada de las rutas turísticas, la más auténtica. Escondidos entre los árboles, los restos nos miran desde la distancia que otorgan los siglos. Es complicado explicarlo con palabras, pero son momentos como éste los que engrandecen un viaje. Camboya es un país herido por guerras "prestadas" pero que intenta levantarse con trabajo y esfuerzo.
ResponderEliminarSenior Citizen, más que antigua, lo que ocurre es que es barata, con poco zinc que la proteja de los elementos, y aquí, cuando llueve, lo hace de verdad.
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
Es una gozada viajar sin moverse de casa e incluso de vez en cuando surge una gotita de envida por no haber sido capaz de moverme como lo has hecho tu.
ResponderEliminarMuy interesante la visita Tawaki, poder admirar y hacer fotos sin aglomeración de personas es una delicia. Es una pena que la naturaleza vaya cubriendo algunos monumentos.
ResponderEliminarSaluditos.
·.
A lo exótico le añades toda la belleza que se pueda imaginar... y ese plus de la soledad en la visita. Una experiencia extraordinaria.
Impresiona ver las fotos de los árboles 'comiéndose' las esculturas... todo. Una maravilla.
Abrazos Javier
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LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Conchi, hay quien opina que la naturaleza le da cierto encanto y que deberíamos dejar que lo invada todo, pero yo prefiero conservar los monumentos.
ResponderEliminarAlfonso, Camboya es un destino económico que apenas empieza a descubrirse. Es el mejor momento para ir, antes de que lo invadan las hordas de turistas. Angkor es un destino de primer orden, pero hay muchos otros templos que se pueden disfrutar en soledad.
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
Qué visita interesante. Las fotos son perfectas, 4 y 13 se ve la fuerza de la Naturaleza aferrándose para sobrevivir. Los detalles de la 22, 27 y 28 hablan de escultores duchos con el cincel. El 26 aparenta ser un lugar apacible si no tenemos en cuenta que es tan antiguo. Me encantó. Abrazo afectuoso.
ResponderEliminarUsarían un cincel? Mucho misterio tiene el lugar. Beso
ResponderEliminarRosa María, seguro que sí. Primero colocaban la piedra, en este caso los ladrillos, y luego los tallaban. Imagina el drama cuando cometían un error. Un abrazo.
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