Continuamos camino por
la Tioga Road donde lo habíamos dejado hace unos días y alcanzamos el lago
Tenaya, que en este caso es más grande y vuelve a estar junto al asfalto.
Antes hemos atravesado un paisaje extraño de piedras graníticas modeladas por unos glaciares que se retiraron hace diez mil años.
Los árboles, escasos, crecen donde encuentran una grieta, pero la altitud no
favorece su crecimiento, pues estamos a 2.500 metros, y la vegetación, adaptada
al frío y a los inviernos largos, nos lo cuenta sin palabras. No en vano, esta
carretera suele cerrar al tráfico desde finales de septiembre a finales de
mayo, dependiendo de la nieve que haya.
El Tenaya es el lago
más grande de Yosemite. Destino popular para los que practican las actividades
acuáticas, nosotros lo encontramos sin gente. Fue creado por el brazo de un
antiguo glaciar y su nombre recuerda a un famoso jefe indio. Antes era conocido
por los indígenas como el lago de las piedras brillantes.
Seguimos conduciendo
hacia el este y llegamos a Pothole Dome. Los alrededores están plagados de
pequeños montículos de piedra granítica que destacan en mitad del paisaje; son
las cúpulas, dome en inglés.
Pothole es uno de
ellos, fácilmente accesible desde un aparcamiento que hay al borde de la
carretera.
Hay que ascender por
una cuesta bien empinada que pone a prueba la tracción de nuestras piernas y
botas. La piedra, tan blanca, brilla con los rayos del sol bajo un cielo azul y
despejado.
Al llegar a la cima
podemos disfrutar del paisaje, viéndose Tuolumne Meadows al fondo.
Después de este
ejercicio físico, todavía nos queda una parada más, pero esa la dejamos para
otro día.
Eso del Lago Tenaya, creo que me queda más lejos que el kilómetro de distancia que me dejan alejarme de mi domicilio por ser persona mayor (yo me pregunto ¿que altura habrá que tener para dejar de ser mayor?)
ResponderEliminar- Jubi, que ya van a dejar que nos movamos más.
Siiiiii, ¿a que ritmo al de tango, cumbia o rock and roll ?
Una entrada muy bonita que nos lleva a una placentera excursión en medio de la naturaleza y rodeado de tanta belleza como tranquilidad.
ResponderEliminar(a mi también me llevó al Lago McDonald, por eso de las piedras brillantes que hay allí).
Gracias por compartir.
Impresiona ese granito tan blanco como para que te pille sin gafas de sol. Es impactante el escaso espacio que el granito deja para la masa arbórea de pinar.
ResponderEliminarCurioso paisaje.
Saludos
·.
ResponderEliminarImpresionantes piedras graníticas. Por un lado me recuerdan a otra escala las de algunos lugares de los Pirineos. También en le Serra da estrela, en Portugal las hay bien grandes.
Esa altura, 2.500 no está nada mal para ejercitar las piernas.
Espero con ansia el fin del estado de alarma para acercarme a los Picos de Europa, no hay granito pero el paisaje calizo es impresionante.
Un abrazo
.·
LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Por fortuna, esos montículos de piedra no los han explotado comercialmente, pues sería una pena que se convirtieran en canteras.
ResponderEliminarLas temperaturas extremas y los elementos suelen desgastar mucho los paisajes de alta montaña, de ahí que cuando la nieve se derrite el paisaje emerge inhóspito y con escasísima vegetación, como una aparición fantasmagórica pero que posee, también, el encanto de la Naturaleza cruda.
ResponderEliminarAdmirables esas rocas brillantes que se yerguen como medidoras del tiempo de este planeta que tantas maravillas naturales ostenta.
Un jubilado, espero que estés disfrutando de tu recién estrenada libertad y que el confinamiento no te haya resultado muy penoso. Ojalá que no haya segunda oleada y podamos ir recuperando nuestra vida normal.
ResponderEliminarContadora de Libros, los paisajes americanos sorprenden a los que vivimos rodeados de núcleos urbanos. Conservan su lado salvaje y es fácil sentirse un aventurero en pleno siglo XXI. Ojalá que podamos conservar estos lugares para siempre.
Javier G, entre la piedra, la altura y el frío, las plantas lo tienen complicado, lo que no impide que el paisaje sea espectacular. Es una más de las muchas joyas que tenemos en la Tierra.
Alfonso, en España tenemos unos paisajes espectaculares. Portugal lo conozco mucho menos, aunque espero ponerle remedio pronto. Espero que con el levantamiento del confinamiento hayas podido acercarte por el Pirineo, un sitio que siempre reconforta.
Senior Citizen, al estar en un parque nacional est´n protegidos. En la siguiente entrada os contaré algo de esa historia, de cuando los pioneros llegaron a la zona y aparecieron los primeros conservacionistas.
Una mirada, y tan cruda, no quiero ni imaginar cómo tiene que ser un invierno aquí. Bellísimo, seguro, pero también muy duro. Toda América tiene unos paisajes prácticamente vírgenes que nos llaman la atención a los europeos, que vivimos hacinados. Es un lujo el poder disfrutar de ellos.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Estupendo, unas fotos buenísimas. Ese cielo espectacular contrasta con el color de las piedras, rocas, lago y árboles.Me encantó el paseo aunque desprovisto de vegetación. Un abrazo
ResponderEliminarRosa María, tuvimos mucha suerte con el clima, algo que es fundamental para las fotos, y el recuerdo que nos queda es magnífico. Como bien dices, todo se alinea para embellecer el lugar. Abrazos.
ResponderEliminarEs verdad amigo, Google me contó como es Constanza y la descripción de la estatua que me llamó la atención, gracias por tu respuesta. Verás que no tuve paciencia, pero cuando pongas la descripción ya estaré más enterada. Beso
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