domingo, 14 de julio de 2019

Nueva Zelanda XIII – Taiaroa Head

Os llevo hoy a Nueva Zelanda, a la punta de la península de Otago, al este de Dunedin. En frente tenemos la inmensidad del Pacífico Sur, y hemos llegado hasta aquí en busca de la única colonia de albatros reales que hay cerca de asentamientos humanos, por una carrera solitaria llamada Portobello Rd (en NZ las carretas tienen nombre), que discurre pegada a la costa. Siento la mala calidad de las fotos, pero las hice en 2006, cuando todavía no usaba el RAW y mis conocimientos eran aún menores a los de ahora. Espero que al menos os sirvan para haceros una idea.


Porque no es nada habitual ver albatros, ni posados en tierra ni sobrevolando nuestras cabezas. Se establecieron aquí en 1919, fecha en la que se descubrió el primer huevo, y hay más de un centenar de ejemplares que aprovechan la zona para criar a sus polluelos.




El excelente centro de interpretación nos sirve para conocer algo más de estas inmensas aves, que con sus 3.6 metros de envergadura están entre las más grandes que conservan la capacidad de volar. Vienen cada dos años, y ponen un único huevo, del que saldrá una cría 240 días después. El otro año lo dedican a circunvolar el Polo Sur.


Es posible ver delfines e incluso orcas, además de otras ballenas migratorias por aquí, pero yo no tuve tanta suerte, y hube de contentarme con algunos leones marinos en Pilots Beach, una playa de piedras que hay cerca del cabo. Sólo disponía de una mañana, ya que por la tarde tenía que hacer kilómetros hacia el oeste y como de costumbre, se me quedaron cosas en el tintero.


En el cabo, que toma su nombre de un jefe maorí que vivió en el siglo XIX, hay también un faro, construido en 1864 y un enorme cañón ahora restaurado pero que fue emplazado en 1886.


A finales del siglo XIX, Rusia construyó su primera base naval en Vladivostock, provocando una ola de pánico entre las colonias británicas del Pacífico. Los rusos habían invadido Afganistán y se temía una posible guerra, lo que les llevó a fortificar la costa neozelandesa, ya que si bien Nueva Zelanda formaba parte del Imperio, eran ellos los responsables de defender su territorio.


Este tipo de defensas costeras quedarían obsoletas en la Segunda Guerra Mundial, pero en aquel entonces estaban a la cabeza de la tecnología disponible, con un cañón de seis pulgadas y un mecanismo hidráulico. Creo recordar, y puede que me equivoque porque la explicación me la dieron hace más de diez años, que el cañón sólo fue disparado en una ocasión, a modo de prueba y que lo único que consiguieron fue hacer añicos los cristales del faro cercano, pero ya digo, no he encontrado nada que sustente tal historia.

7 comentarios:

  1. Debe ser impresionante ver esos pájaros tan grandes volando. Es como si volara una vaca... o algo así. ¿No?

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  2. Parece que los gobiernos rusos sentían cierta querencia por Afganistán, país que volvieron a invadir en el siglo XX "obligando" a los USA a armar a los talibán hasta el turbante, creándose un conflicto que, no sólo no cesa, sino que se ha extendido a otros lugares de Oriente Próximo y Medio.

    El reportaje y los datos, como siempre, envidiables.

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  3. Los rusos siempre incordiando, aunque ahora lo hacen más los americanos con su presidente al frente.
    Tiene que ser una gozada, ver planear un ave de estas características y mantenerse en el aire, casi sin ningún esfuerzo.

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  4. Qué maravilla de aves, enormes de envergadura.
    Ya me gustaría ir allí sólo por verlos, me parecen fascinantes.
    Saludos.

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  5. Senior Citizen, los vi desde lo alto del acantilado, mientras ellos volaban cerca del mar, por lo que estaban algo lejos, pero en las fotos se aprecia su tamaño. En el centro de visitantes tenían peluches para que viésemos lo que pesaban los pollos y era mucho.

    Una mirada, el caso es andar siempre dando guerra, los unos y los otros. Y así seguimos...

    Un jubilado, el caso es no dejar en paz al resto del mundo. Parece que estemos inmersos en una carrera de mutua estupidez. Y no olvidemos a los chinos. Recuerdo esta visita pesar de los muchos años transcurridos, lo que es una señal de que me impactó en su momento.

    Javier G., el problema es ese, que solo se dejan ver en lugares que se pueden contar con los dedos de una mano, y, por lo que sé, todos están lejos.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

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  6. Es bueno recorrer la historia contigo. En mi caso no me hubiera enterado de esto, las urgencias, la falta de información y a veces algo de haraganería impiden hacerlo. Gracias mil. Un abrazo grandote

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  7. Rosa María, historia y naturaleza, porque hay muy pocos sitios en el mundo donde se puedan ver los albatros tan de cerca. Un abrazo.

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