El río
Chobe, que nace en las tierras altas de Angola, es famoso por la gran cantidad
de elefantes que pueden verse allí, pero las recientes lluvias habían hecho que
casi todos los paquidermos se marcharan a otras zonas. Alguno vimos, pero os
los mostraré en una segunda entrada.
Habíamos
salido del lodge con la intención de dar un paseo en bote por el famoso río,
recorriendo antes una pista de tierra desde la que podíamos observar no solo el
curso de agua, con sus numerosos islotes, sino parte de la fauna que habita en
este parque. Un antílope acuático (Kobus ellipsiprymnus) se oculta entre la
vegetación mientras un águila volatinera (Terathopius ecaudatus) nos observa
desde un árbol.
Pronto
llegamos al embarcadero, donde, al ser temporada baja, disponemos de una barca
para nosotros solos. Su escaso calado favorece que podamos acercarnos más a los
animales, que son muchos y variados.
El
patrón, que también ejerce de guía, sabe muy bien dónde encontrar la fauna,
como los cocodrilos, que lo mismo descansan en la orilla, como se echan al agua
cuando nos acercamos. Son grandes, y podemos verlos desde muy cerca.
O este
lagarto monitor, que caminaba como si llegase tarde a algún sitio.
Abundan
las aves. No en vano, el Parque Nacional de Chobe es un lugar excepcional para
avistar algunas de las 450 especies que viven allí. Os muestro una gran garza
blanca (Ardea alba), un águila calva (Haliaeetus leucocephalus) de las muchas
que vimos, y una garcilla cangrejera ((Ardeola ralloides), que camina junto a
un hipopótamo.
También,
una jacana africana (Actophilornis africanus), una avefría palustre (Vanellus
crassirostris) y un pato aguja africano (Anhinga rufa), con ese cuello tan
largo que parece una serpiente.
Los gansos
del Nilo (Alopochen aegyptiacus) siempre los he visto en pareja, mientras que el
tántalo africano (Mycteria ibis) prefiere la soledad.
Pensaréis
que soy un experto en aves, pero nada más lejos de la realidad. No tengo ni idea
y apenas distingo unas pocas; una ardua labor de investigación me ha permitido
traeros sus nombres, entre los que he incluido el científico para mayor
claridad. Si veis algún error, me lo decís, por favor.
Cruzar
el río es peligroso, pero la vegetación que crece en los islotes es demasiado
tentadora para los herbívoros. De esta forma, vimos más antílopes acuáticos y
bastantes hipopótamos.
Los
primeros van a lo suyo y no representan ningún problema, pero con los segundos
hay que tener especial cuidado. Algunos descansaban en el río, mientras que otros negociaban como podían la vuelta
al agua, salpicando sin contemplaciones.
Un
poco más allá se encontraban los búfalos cafre, otra especie con la que
conviene ser precavido. La barca nos ofrecía un punto de observación
privilegiado, ya que, gracias a su escaso calado, podíamos acercarnos mucho sin
correr peligro. Tanto la mirada de los animales como su expresión corporal, nos
indicaban, sin embargo, que no éramos bienvenidos, pero poco o nada podían
hacer al estar ellos en tierra y nosotros en el río.
Todavía
me quedan fotos que mostrar de esta excursión, pero las dejo para una próxima
entrada que publicaré Dios sabe cuándo, siguiendo el desorden habitual en este
blog.
Impresionante despliegue de auténtica fauna africana. Me choca bastante ver la garceta grande y el ganso del Nilo por allí, cuando suelo ver esas especies en el río Ebro con otros bichos menos imponentes.
ResponderEliminarQue maravilla.
Saludos.
Wuaaaau que maravilla de reportaje nos enseñas.
ResponderEliminarMenudo zoo en natural nos dejas Javier. Fauna que de momento no veremos al natural. Los cocodrilos parecen tranquilos, yo no me ecercaría mucho a ellos :)).
ResponderEliminarGrandes fotos.
Un abrazo.
¿Y que pasa con los cocodrilos cuando vuelca una barca de esas? A mí no me invites a un paseo así por interesante que resulte...
ResponderEliminarJavier G., el ganso del Nilo lo he visto hasta en los parques de Londres, pero no sé si son residentes o es que emigran. También los he visto en otros lugares de África, por lo que me imagino tienen un área de distribución bastante amplia.
ResponderEliminarTrini Altea, fue un paseo espectacular, por uno de los ecosistemas más ricos en fauna que podemos encontrar. Tuvimos suerte con la mayor parte de animales, pero vimos pocos elefantes.
Laura M. impresiona ver a los cocodrilos tan de cerca, porque son enormes. Tuvimos mucha suerte esa tarde, con todo el río para nosotros, por lo que los animales estaban más visibles de lo habitual. Fue un gran disfrute.
Senior Citizen, cobardica, ja,ja. Los animales salvajes huyen del hombre y, de hecho, todos esos cocodrilos de las fotos terminaron en el agua. La barca no tiene por qué volcar salvo que hagas tonterías, y aún así, porque era bastante ancha y plana. Siempre puede pasar un accidente, claro está, y los animales que huyen no van a renunciar a una comida fácil, pero también puedes morir en un accidente de autobús y no por eso dejas de usar el transporte público. En el río había gente pescando, con el agua por la cintura, para que te hagas una idea. Y más que de los cocodrilos hay que cuidarse de los hipopótamos, que son mucho más peligrosos.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Sí, sí... Cobardica. Tú no te fies por si acaso la próxima vez que vayas.
EliminarCasi hay tanto bicho como en mi casa del Pirineo, pero me ha llamado la atención que "mis" lagartijas no tienen esos pequeños dientes que afloran en "tus" cocodrilos, aunque el tamaño, al menos en foto son iguales. Los bueyes igualitos a los búfalos y en cuanto a aves tenemos mosquitos y avispas, también hay mucho ganso entre la población humana...
ResponderEliminarEsto es viajar en la naturaleza, espectacular!!.
ResponderEliminarUn saludo.
Con lo que adoro y admiro las alturas y la gelidez acariciándome el rostro y, a fuerza de leerte y contemplar las fotografías, reconozco que en cada paisaje, independientemente de su situación respecto del nivele del mar, podrçia hacerme un hueco.
ResponderEliminarCuántas maravillas para no cerrar los ojos y mantenerlos posados en esa fauna. Cada imagen es una pequeña oda a la vida y la libertad.
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ResponderEliminarMari-P-R, cuando estás allí no te das cuenta del privilegio que representa, pero luego, en casa, y revisando las fotos, es cuando aprecias la belleza de este planeta nuestro.
ResponderEliminarUna mirada, es que tenemos la inmensa suerte de habitar un planeta muy diverso. Fascina de punta a punta, da igual el rincón en el que mires. A nosotros nos corresponde conservarlo para los que vengan detrás. Y, mientras tanto, disfrutar de tanta belleza.
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Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
O interessante é que alguns pássaros fazem a limpeza
ResponderEliminarna couraça de alguns animais, evitando até algum
tipo de ferida k, é a natureza e seus ciclos de preservação nada é
deixado de lado.
Maravilha de imagens.
Boa entrada de mês de julho.
Abraços!
Ese varano o lagarto monitor no lo conocía...tremenda foto.
ResponderEliminar----
Agradecemos la labor de investigación para dar con el nombre de cada ave. Por experiencia sé que eso toma tiempo
A Casa Madeira, así es, la naturaleza sabe cuidar de sí misma mejor que cuando intervenimos los humanos.
ResponderEliminarAlí Reyes, lleva tiempo, pero como es algo que me gusta hacer no supone una carga muy pesada. Eso sí, lleva su tiempo.
Muchas gracias a los dos por vuestros comentarios.
Qué fotos espectaculares, algunos posaban especialmente para ti y para nosotros. Me encantan los hipopótamos siempre me han gustado. Fue un paseo hermoso e instructivo, gracias. Abrazo grandote.
ResponderEliminarRosa María, el guía era bueno y sabía dónde podía encontrarlos. Los hipopótamos son preciosos, pero más peligrosos de lo que la gente cree. Después de los mosquitos es el animal que más muertes provoca en África. Un abrazo.
ResponderEliminarEs bueno saberlo... Gracias que tú los muestras, yo no sé si sería tan valiente, pero valió la pena acompañarte.Beso
ResponderEliminarRosa María, no es cuestión de valentía como de amor por la naturaleza. Después de todo, vemos los animales desde un vehículo (en este caso una barca) y eso es algo que me encanta. Un beso.
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