No es este un blog en el que se hagan recomendaciones de hoteles o restaurantes, porque su intención es otra: mostrar los lugares que he visitado, mis fotos y acompañarlas de algún comentario personal con la esperanza de que alguno se levante del sofá, pille una maleta y recorra el mundo tan maravilloso en el que vivimos.
Pero hoy haré una excepción, la segunda, creo, y os hablaré del hotel Taj Lake Palace de la ciudad de Udaipur, no tanto por el establecimiento en sí, sino porque está en un edificio emblemático que merece mucho la pena.
Habíamos llegado a Udaipur en coche desde Johdpur, como parte de nuestro itinerario por el Rajastán y nos quedamos allí dos noches con la intención de descubrir una ciudad espléndida, pero para disfrutar también de este magnífico hotel.
Se dice que el joven príncipe Maharana Jagat Singh le pidió a su padre, Maharana Sangram Singh II, residir en el palacio de Jagmandir, permiso que le sería denegado. A cambio, su padre le preguntó por qué no se construía su propio palacio-isla si tanto le gustaba vivir en la zona. El hijo le tomó la palabra, edificando entre 1743 y 1746 el complejo que podemos ver hoy día completamente restaurado en medio del lago artificial Pichola. Lo llamó Jag Niwas.
Llegamos a tiempo para dar una vuelta por el hotel y contemplar la puesta de sol mientras la ciudad de Udaipur resplandecía al este, bañada por una preciosa luz crepuscular.
Se respiraba mucha tranquilidad porque todos los que allí se alojaban buscaban lo mismo que nosotros, un lugar bonito en el que relajarse.
A la mañana siguiente nos sirvieron el desayuno en el patio principal de este palacio de verano. Cada rincón, sus fuentes y jardines habían sido diseñados para soportar el calor, con paredes blancas, con sus mármoles níveos y el adorno de piedras semipreciosas y nichos donde ahora crecen plantas.
Puede que a alguno le resulte familiar, ya que aquí se rodaron las películas El tigre de Esnapur (1959) y Octopussy, de James Bond (1983). Antes, en 1857, había servido como refugio a varias familias europeas durante el motín Sepoy. Parece ser que con el ánimo de protegerlos, el Maharana Swaroop Singh ordenó destruir todas las embarcaciones de la ciudad para evitar que los rebeldes pudieran arribar a la isla.
Durante el mandato del Maharana Sir Bhopal Singh (1930-1955) un nuevo pabellón fue añadido, pero eso no evitó el progresivo deterioro del palacio. A finales de la década de los cincuenta, el lugar ya estaba desierto, habitado tan solo por nubes de mosquitos. Fue entonces cuando comenzó su transformación en hotel de lujo, uno de los mejores del mundo, según la opinión de muchos. La cadena Taj comenzó a gestionarlo en 1971 y en el año 2000 se llevó a cabo una segunda restauración.
Una barca nos llevó a la ciudad para visitar sus calles, templos y palacios, pero eso lo dejaremos para otras entradas, porque nos espera un paseo vespertino por el lago, una actividad que os recomiendo encarecidamente. También en otra entrada, dedicada al lago en sí os mostraré más fotos.
Si en otros lugares de la India las nubes nos habían hurtado la puesta de sol, aquí se mostraron generosas, regalándonos un atardecer espectacular.
Han pasado ya más de diez años desde nuestra visita. No puedo creerlo.
Me da la impresión de que este lugar no es para mochileros. Menudo repertorio de buen gusto para estar allí y eliminar este estrés que tengo en estos puñeteros momentos.
ResponderEliminarMe he fijado en esos maravillosos sillones que me recuerdan a los añorados de mimbre españoles y, que todavía disfruto en la casa del pueblo. Qué cómodos.
Una maravilla, sin lugar a dudas.
Saludos.
Javier G., sospechas bien, pues no era un sitio barato ni siquiera en 2011. De hecho, fue con diferencia, el hotel más caro en el que nos alojamos. Si lo traigo es por su especial encanto, por su historia, por haber aparecido en varias películas y por sus atardeceres. Esos sillones, esos patios, esa piscina; podríamos habernos quedado allí mucho más tiempo, pero lo que más recuerdo es el excelente servicio. Nunca me han tratado mejor en ningún hotel.
ResponderEliminarAcabo de buscar precios incluso con vuelo desde Madrid y con lo que llevo en el bolsillo no me llega, pero en base a tus fotos y otras que yo he visto tiene que ser un lugar espectacular, no obstante hay algo que no me termina de gustar eso de tener que salir nadando con las maletas sobre la cabeza para que no se mojen... no me termina de convencer.
ResponderEliminarQue maravilla. Seguro que es de esos que al entrar ya te deja con la boca abierta. Las fotos una pasada así como la historia. Y darse un caprichito de vez en cuando no está mal. Gracias por compartirlo Javier
ResponderEliminarBuena semana.
Un abrazo
Me he recreado en las fotos, hay que verlas una a una. Que maravilla de detalles.
EliminarUn abrazo.
Me he transportado a la India para disfrutar de ese hermoso hotel "Ya me gustaría poder hacer un viaje así".
ResponderEliminarAbrazos.
Menuda choza... Un lugar señorial y cargado de historia. Tiene que ser un privilegio pasear entre esas arquitecturas que homenajean el arte y la belleza y en el que sentirse príncipe o princesa no ha de ser difícil.
ResponderEliminarUn jubilado, lo de cargar con las maletas por el lago es un incordio, sobre todo porque me parece que hay cocodrilos...
ResponderEliminarLaura M., es de esos sitios que me llaman la atención, tanto por su historia como por sus vistas y por haber aparecido en varias películas. Fue caro, pero lo que queda es el recuerdo de la visita y las fotos.
Conchi, todo es proponérselo. La India ofrece muchas opciones para casi todos los precios. Ojalá puedas ir.
Una mirada, no era mi intención abundar tanto en el precio, sino mostrar un sitio que considero de interés en el que disfrutamos de un par de bonitas puestas de sol. Han pasado más de diez años y todavía recuerdo con gusto el haber paseado por esos patios tan decorados.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Tampoco yo me refería al precio sino a la prestancia del lugar.
ResponderEliminar¡Madredelamorhermoso! Que hotel... ¿Hay suficiente turismo de ese nivel como para que se mantenga?
ResponderEliminarQué maravilla! Da tranquilidad solo mirar todo. Una arquitectura suave y colores acorde con el lugar y la tradición. Me encantó la idea de hacerse su palacio, hijo decidido como el padre, no sé si lo superó, pero como de tal palo tal astilla así debe haber sido. El lago artificial ya estaría... Unas fotos magníficas. Justas para mi romanticismo y aprecio. Es todo tan bello, hasta el clima debe ser así. Gracias. Un gran abrazo
ResponderEliminarUna mirada, no quise particularizar en mi comentario. Menos aun cuando la motivación de este blog está muy lejos de pretender epatar. No es mi estilo. Disculpas.
ResponderEliminarSenior Citizen, la India turística poco o nada tiene que ver con la real pero tiene tantos adeptos que da para este y para mil hoteles más. Cada uno se busca su propio presupuesto, pero si piensas en ir como mochilero creo que hay sitios mejores. Yo dejaría la India para cuando se pueda gastar algo más de dinero, que al final tampoco es tanto por las paupérrimas condiciones de vida. Eso sí, allá cada uno. Conozco gente que fue en plan barato y lo pasó estupendamente.
RosaMaría, es uno de los mejores hoteles en los que he estado, y todavía recuerdo esos patios y esos atardeceres. La India, con toda su desigualdad, también nos ofrece lugares bellos e interesantes que visitar. Ojalá que parte del dinero que allí dejamos termine ayudando a los menos favorecidos.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.