jueves, 11 de febrero de 2021

Islandia V – Tubos de lava

Son bastantes las cuevas que he visitado en varios países del mundo, ninguna tan especial como las que encontramos en el Perigord Negro, en Francia, pero en esta ocasión sería algo diferente.



Lo que parece una cueva es en realidad un túnel de lava que se puede recorrer caminando una vez ha sido acondicionado. Se forma cuando el río de lava se enfría más rápido en su parte externa, creando una costra que permite que la colada siga discurriendo por el interior.




El primero de los dos que visitamos en Islandia se llama Vatnshellir Cave y está en el extremo oriental del país, dentro del parque nacional Snæfellsjökull. Tiene unos 200 metros de largo y se encuentra a unos 35 bajo la superficie. Se calcula que la erupción que lo formó tuvo lugar hace 8.000 años.





Llegamos a la hora concertada y enseguida nos proveyeron de un casco y una linterna. Conviene llevar zapatos de caminar con una buena suela y ropa de abrigo.



El acceso, descendiendo por una escalera de caracol, no puede ser más sencillo. La zona visitable está parcialmente acondicionada y solo hay que prestar atención para no tropezar ni resbalar. Es lo suficientemente grande como para que no se sienta claustrofobia alguna, y en el interior la temperatura es baja, hasta el punto de que sientes calor al salir. Ni que decir tiene que no se debe tocar nada, mucho menos llevarse cosas del interior.




Un día más tarde hicimos una excursión similar en otro túnel de lava, Vidgelmir Cave, donde tuvimos la suerte de contar con un guía muy simpático, de esos que disfrutan con su trabajo. La verdad es que en ambos sitios nos trataron estupendamente.






En este tubo, llamado Hallmundarhraun, el techo se ha derrumbado en un par de lugares, por lo que usamos uno de ellos para entrar. Tiene unos 1.600 metros de largo, siendo el más largo de la isla, y calculo que recorrimos más o menos la mitad. Salimos a la superficie por donde habíamos entrado, aunque solo visitamos una parte de un monumento natural mucho más grande, de unos 52 km en total. Tiene unos 16 metros de ancho y de alto, dimensiones que cuesta apreciar porque no hay nada con lo que comparar. Repito las recomendaciones del otro túnel: conviene abrigarse, porque la temperatura en el interior es de cero grados, llevar linternas potentes y zapatos con una buena suela de goma.




En tres ocasiones (dos veces en la primera cueva) apagamos las luces de nuestras linternas sumiéndonos en la oscuridad absoluta, una experiencia que ya había vivido en Gales pero que no me importó repetir. En silencio, se oye el gotear del agua; acercas la mano a la cara y el cerebro lucha por identificar algún contorno que no aparece. Es muy curioso.




Dentro de los túneles hay estalactitas y estalagmitas, que lejos de tardar milenios en formarse lo hicieron en cuestión de minutos. Allí aprendimos a diferenciar los tipos de lava, así como a apreciar los minerales que componen las rocas.




También hay evidencias de que el segundo estuvo habitado, y hasta vimos el esqueleto de un zorro ártico en el primero de ellos.


Finalmente, no hace falta ir tan lejos para experimentar estas sensaciones. Basta con visitar una región volcánica, como las Islas Canarias, por ejemplo. Hay muy poca luz y vamos caminando la mayor parte del tiempo, así que las fotos no han salido muy bien, pero nos sirven para recordar ambas aventuras.

Ahora solo nos resta volver a leer Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne.

12 comentarios:

  1. Qué experiencia tan interesante. Tu relato hace que una se meta en el recorrido viviéndolo casi contigo. Unas fotos estupendas. Se nota que el guía lo hacía compenetrado en ello por las posturas de las fotos, captas hasta la emoción del momento. Un reportaje impactante, la Naturaleza es así nos deja chicos y helados por su magnificencia y poder. Un abrazo y gracias por el paseo.

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  2. Hola Javier,
    Mientras iba leyendo me estaba acordando de Viaje al Centro de la Tierra, que además la aventura comienza precisamente en Islandia. No creo que yo me atrevería a visitar algo así, sobre todo porque las escaleras de caracol me matan. Aún así, he disfrutado mucho con tu relato y es como si te hubiera acompañado.
    Saludos,

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  3. ·.
    Tuvo que ser una experiencia apasionante, especialmente por su carácter volcánico. Una vez estuve cinco horas haciendo espeleología, reptando y arrastrándome por grietas en la que se entraba a presión, por lo que puedo hacerme una cabal idea de lo que es el disfrute y las sensaciones bajo tierra.

    Un abrazo Javier

    LaMiradaAusente · & · CristalRasgado

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  4. ¿Y no cabe la posibilidad de que algo se derrumbe al pasar? Si dices que se entraba por donde se había derrumbado...

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  5. Todo un viaje al centro de la tierra, al estilo de Julio Verne.
    Son experiencias que suman y aportan.
    Casualmente esta semana me enviaban una foto de esos túneles, ahora con hielo en su salida.

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  6. Qué maravilla de construcción natural. Ahí me regodearía yo ahora mismo, con lo que me encantan los túneles y cavernas del subsuelo. Y menuda sensación quedarse a oscuras.

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  7. ¡Hola, Javier!
    Hace no sé cuánto tiempo leí “Viaje al centro de la tierra”, la narrativa de Julio Verne siempre me ha gustado; pero creo que soy cobarde, no me gustan las cuevas. Estoy segura que si convidara a mis hijos a un lugar así, me dijeran que esos no son experiencias para mamitas :)
    Al observar las magníficas fotos, pienso en algunos sitios descritos en el “El señor de los anillos”.
    Me ha dado mucho gusto visitarte a los años.
    Salud, un abrazo.

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  8. ¡Como me gustaría poder visitar un lugar así Tawaki! La escalera de caracol me ha encantado. ¿Hay alguna parte del mundo que tú no hayas visitado?

    Saluditos.

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  9. De exploradores bajo tierra. Entrar en un lugar así es emocionante por ver lo que la naturaleza hace con el tiempo. Solo he visitado unas cuevas las de Nerja y es impresionante lo que podemos ver el el interior de la tierra.
    Gracias Javier un placer ver las fotos de tus viajes.
    Buena noche. Cuídate.
    Un abrazo.

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  10. Tus fotos y descripción, me ha recordado mucho la isla de Lanzarote, cuevas bajo el mar, cráteres volcánicos, volcanes latentes...

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  11. Rosa María, hice lo que pude y la cámara dio de sí más que el fotógrafo. Es una suerte encontrar guías tan comprometidos, que disfrutan mostrando un lugar tan mágico como éste.

    Lola, de hecho el lugar donde Verne puso la entrada no se encuentra muy lejos de aquí. La ventaja de visitar estos sitios desde el sofá es que no hay que sufrir escaleras ;)

    Alfonso, eso es justo una de las cosas que no sería capaz de hacer. Sentirme atrapado bajo tierra es algo que no puedo soportar. Por fortuna, estas cavidades son amplias y están acondicionadas para los turistas, por lo que no se sufre estrés ninguno.

    Senior Citizen, de hecho hay zonas cerradas al público por su peligrosidad. Los que las mantienen hacen visitas diarias para intentar evitar los accidentes, pero es cierto que no se pueden prever al cie por cien.

    Contadora de Libros, nosotros los vimos en julio, y hacía bastante frío, así que los imagino con mucha nieve en invierno. Tú los tienes más cerca que nadie, en tus propias islas.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

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  12. Una mirada, la Naturaleza nunca deja de sorprendernos. Si tuviésemos la visión suficiente como para cuidarla... Quedarse a oscuras, impresiona. Es algo que no se puede probar en la superficie.

    Rud, bienvenida de vuelta, es un gusto volver a verte por aquí. En este caso los túneles son muy amplios, por lo que no hay agobios, pero no siempre es así en las cuevas.

    Conchi, el mundo es tan grande... Tengo un listado con más de un centenar de lugares que quiero visitar, para que te haga una idea. Si Islandia te pilla demasiado lejos, siempre puedes volar a Canarias, donde también hay tubos como estos.

    Laura M., tienes las de Aracena relativamente ceca, aunque las mejores que he visto están en Francia. Es cuestión de hacer más kilómetros con la Vespa... Esta experiencia fue estupenda y no me importaría repetirla en otro lugar.

    Un jubilado, es precisamente en Canarias donde podemos ver estos tubos sin salir de España. No los conozco personalmente, pero seguro que merece la pena visitarlos.

    Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.

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