Por fortuna, una vez que abandonas estos lugares tan solicitados, regresa la ansiada tranquilidad. De nuevo compartimos recorrido con gente educada y respetuosa, de gustos más parecidos a los nuestros. Personas que acompañan sin molestar.
martes, 30 de septiembre de 2025
Islandia XVI - Godafoss
Estamos en el norte de Islandia, en una región llamada Norduland Eystra que se encuentra muy alejada de ese Círculo Dorado en el que se concentran la mayoría de los turistas.
A lo largo de las últimas jornadas, conforme íbamos más y más hacia el este, habíamos advertido que cada vez estábamos más solos, hasta el punto de conducir durante varios kilómetros sin cruzarnos con nadie. Puede decirse que veíamos más caballos, ovejas y aves que personas.
Pero claro, hay lugares que son como un imán, no solo para los que hemos alquilado un vehículo, sino también para los que viajan en autocar en grupos organizados. A ellos hay que sumar las furgonetas que trasladan a los que arriban en crucero a algún puerto cercano, en este caso Akureyri.
La cascada de Godafoss es uno de esos sitios. Allí descubres que la isla no es tuya. La magia se rompe y la realidad te golpea, no tanto por tener que compartir un paisaje que es de todos, como porque la vulgaridad y la chabacanería hacen acto de aparición.
Si hasta entonces todos nos habíamos turnado educadamente para hacer nuestras fotos, aquí te encuentras con quien te empuja sin miramientos y se cuela literalmente en el encuadre. Para colmo eran españoles. El silencio desaparece, ahuyentado por los gritos y las risotadas.
Aunque lo que de verdad te apetece es volver al coche y largarte lo más lejos posible de esta marabunta descontrolada, tenemos que aprovechar como podamos la visita, maravillándonos con este río, el Skjalfandafljot, que corre deprisa y cae en una serie de cascadas, la mayor de las cuales tiene doce metros de alto y treinta de ancho.
Hay dos aparcamientos, de los que parten sendos senderos, y conviene ver los dos. La distancia es corta, y cada uno remonta una orilla. También recomiendo bajar los escalones para acercarse al borde del agua y disfrutar de otro punto de vista.
La llaman la Cascada de los dioses porque según las sagas islandesas fue aquí donde un líder vikingo, Porgeir Ljósvetningagodi, arrojó los iconos paganos durante la cristianización de Islandia en torno al año 1.000.
miércoles, 17 de septiembre de 2025
Australia XVIII – Kings Canyon II - Ridge Walk y Mount Conner
En una entrada anterior os hablé de nuestro camino de ida a Kings Canyon y del recorrido que hicimos por la base del cañón. Resumiendo, habíamos decidido que nos llevaran en autobús, en una excursión organizada, habíamos madrugado y ahora tocaba buscar un sitio donde comer antes de iniciar el regreso.
Pero antes nos ofrecieron la posibilidad de hacer otra pequeña caminata. El paisaje es muy árido, roto tan solo por algún curso de agua que lo mismo aparece que desaparece en cuestión de días.
Nos dirigimos hacia el Kings Canyon resort, un hotel en el que sin embargo no llegamos a entrar, porque nuestra intención era hacer el Ridge Walk, que lo rodea y que nos llevará aproximadamente una hora.
La vegetación es muy escasa y encontramos pocos animales. El sol cae de plano sobre nuestras cabezas, y aunque el recorrido no presenta desniveles se nos hace algo largo e insulso.
Vemos el resort, pero no está muy claro por dónde sigue el sendero. Nos cruzamos con un par de chicas y una de ellas lleva una placa con Rocío por nombre. No es española, sino chilena, y nos indica cómo continuar.
No sé si fue porque se trataba de la segunda caminata del día, pienso más bien que fue por el calor y por la falta de plantas y animales que fotografiar, el caso es que no me gustó demasiado esta excursión. El buffet que nos ofrecían tampoco parecía muy apetitoso, de modo que nos contentamos con reponer el líquido perdido.
Kings Canyon está a mitad de camino entre Alice Springs y Yulara, y aún nos quedaban 300km que recorrer en autobús. Me entretuve haciendo fotos del outback australiano desde la ventana, descubriendo un paisaje desértico pero muy diferente a los que veo habitualmente.
A lo lejos divisamos el Mount Conner, el hermano pequeño de Uluru que más de un turista toma por la famosa roca. Pero su perfil, mucho más plano, es completamente diferente. Por lo que sé, está en terrenos privados y solo se puede visitar con cita previa. Se alza unos 300 metros sobre la superficie.
Si en el viaje ida habíamos parado en Kings Creek Station para desayunar, ahora tocaba descansar en Curtis Spring, otro lugar aislado en el que trabajan extranjeros deseosos de pegar la hebra. No me extraña, porque vivir allí tiene que ser bastante aburrido. El cartel donde te indican que no te atienden si no llevas puesta la camiseta, es curioso. También tienen un mapa de Australia en el que se dan el lujo de poner cuántos habitantes tiene cada población.
A modo de resumen de esta entrada y de la otra, os diré que a nosotros nos gustó la excursión, pero no por ello me atrevo a recomendarla, especialmente si vais mal de tiempo, porque no todo el mundo viaja tan lento como nosotros. Hay quien prefiere dedicar el tiempo a otras cosas.
Fue un día largo, cansado, en el que pasamos mucho calor, pero también nos permitió conocer el Outback y ver el Monte Conner, aunque fuera de lejos. Estuvo bien el primer paseo, así como conocer esas paradas en medio del desierto.
domingo, 31 de agosto de 2025
Vietnam XVII - Hue II - Tumba Imperial de Khai Dinh
Mucha gente viaja en función de lo que programa una agencia, en circuitos más o menos estándares, pero no suele ser nuestro caso, ya que preferimos organizar nuestras propias excursiones, planificando de antemano dónde queremos ir y cuánto tiempo vamos a dedicar a cada sitio. Ello nos complica la vida, porque es difícil establecer un orden de prioridades, especialmente en destinos exóticos con una oferta tan abundante como la de Vietnam.
Cerca de Hue hay un conjunto de tumbas monumentales, una larga lista en la guía de viaje entre las que resultaba complicado elegir ya que es imposible verlas todas en un viaje normal. Hoy os traigo una de ellas, la construida por Khai Dinh, duodécimo emperador de la dinastía Nguyen.
En Vietnam se alternan las estaciones húmedas y secas en función de que estemos en el norte o en el sur, y hasta entonces habíamos disfrutado de unos días espléndidos, pero conforme nos acercábamos al centro del país, hacia el final del viaje, las lluvias fueron apareciendo sin que remitiera por ello el calor.
En 1916, Khải Định se convirtió en el Emperador de Vietnam después de que su predecesor, Duy Tân, fuera exiliado por Francia. Su evidente colaboración con el país galo hizo que fuera muy impopular entre el pueblo de Vietnam.
La tumba, que mezcla arquitectura vietnamita con estilos occidentales, se terminó en 1931, después de once años de obras. La encontramos en la montaña Chau Chu, cerca de Hue, antigua capital.
Si bien es menor en tamaño cuando la comparamos con otras, el diseño es mucho más elaborado, combinando sin pudor alguno estilos barrocos, góticos y neoclásicos. Su estructura es cuadrangular y los materiales que predominan son hormigón, acero, hierro y pizarra. El acceso es a través de una gran escalinata que termina en una primera terraza, con una puerta conmemorativa de tripe arco.
Las estatuas de piedra, en una práctica proveniente de China, protegen la tumba al tiempo que guían el espíritu del difunto en el más allá.
Otros tres tramos de escaleras nos conducen a la parte alta, donde encontramos el palacio, que es el edificio principal. Al final del camino hay un pabellón octogonal de hormigón armado de dos niveles, único en comparación con otras tumbas de la dinastía Nguyễn que tenían pabellones cuadrados.
En la terraza superior se encuentra el palacio Thiên Định, que es la estructura principal del complejo funerario y consta de cinco salas conectadas.
Sus restos descansan a 18 metros bajo la gran estatua, hecha en bronce y de tamaño natural. Se la debemos a los franceses Paul Ducuing y Ferdinand Bardienne. Es de 1920 y tras ella encontramos un enorme sol de estilo Art Decó. Dos obeliscos junto al pabellón marcan el comienzo de la tumba propiamente dicha.
Contrasta el gris del exterior con la explosión de colorido dentro del mausoleo. Vidrios de colores se alternan con mosaicos en una decoración notablemente recargada.
El gran coste de la obra le obligó a subir los impuestos un 30%, impactando negativamente en su ya exigua popularidad. La tumba fue terminada por su sucesor. Las paredes están decoradas con paneles que representan las cuatro estaciones.
La tumba se convirtió en Patrimonio de la UNESCO en 1993 como parte del complejo de monumentos de Hué. Otras fuentes: 1 y 2.
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